En este especial Quincena de Satán no podía dejar pasar la oportunidad de hablaros de aquellos libros centrados en el binomio Rock y Ocultismo, una alianza que se remonta a los mismísimos orígenes del Blues y que, a través de extrañas muertes, inquietantes coincidencias y terribles asesinatos, ha llegado a nuestros días dando forma a uno de los enigmas más oscuros y fascinantes de la música.
La bibliografía en castellano sobre el tema no es escasa pero, tristemente, dicha abundancia no es proporcional a la seriedad vertida en sus páginas. Y es que, a excepción de unos pocos títulos, el grueso de la producción es obra de teólogos, investigadores de lo Oculto y demás engañabobos; personajes, en suma, cuyo nulo contacto con la realidad les lleva a un grado de recelo y desconfianza difícil de superar. Es notorio -para ilustrar este aspecto- 'La Verdad Sobre El Rock Cristiano', un libro firmado por un tal Eiren Israel, en el que se desenmascara a todos esos diabólicos rockeros que, supuestamente alabando al Señor, propagan el mensaje del Maligno a través de las ondas de la FM católica.
Por desgracia, Israel no es el único. Nombres como René Guénon, Jean Paul Regimbal, Orlando Fedeli, o el recientemente fallecido Monseñor Corrado Balducci (que Dios lo acoja en su seno, ¡Aleluya!) son enemigos del sentido común, modernos Inquisidores dispuestos a prender cuantas hogueras sean necesarias con tal de erradicar una plaga que, según ellos, deforma las maleables mentes juveniles.
Dada la dificultad que supone localizar estas obras no se me ha presentado la oportunidad de leerlas todas; sin embargo, he tenido la suerte (o la desgracia, vete tú a saber) de dar con aquélla que ha obtenido mayor difusión. Con todos ustedes...
Música Rock y Satanismo
Escrito por René Laban, este malicioso librito, delgado pero con mucha tela que cortar, se publicó por vez primera en 1986, y, para que os hagáis una idea del tono empleado, perfectamente podría haber aparecido como parte de la colección 'El Archivo del Misterio' de Iker Jiménez, como suplemento de la revista Más Allá, o como cualesquiera de los volúmenes que vieron la luz al amparo del Doctor Jiménez del Oso. Para entendernos, un texto de corte sensacionalista, de nulo rigor científico, de escaso apego a la objetividad, cargado de teorías espirituales, ofensas e injurias, cuando no de flagrantes mentiras, y que, párrafo a párrafo, ahonda en la profunda ignorancia de su autor acerca de la materia.
Como os podéis imaginar, disfrutar de semejante lectura es una tarea que requiere calma y paciencia, mucha paciencia. No en vano, el propio Laban nos advierte de su abierto rechazo al Racionalismo, postura la suya que me ha provocado no pocas situaciones de crispación nerviosa en las que me ha costado guardar las formas. Es más, por momentos la indignación ha llegado a ser tan acalorada que me he visto tentado a estrellar el libro contra la pared. Y es que este pedazo de mamón de Laban tiene una facilidad pasmosa para sacar de quicio al talante más comprensivo y conciliador.
No obstante, pese a este carácter irritante, 'Música Rock y Satanismo' también puede proporcionar inolvidables momentos de placer. Hay que comulgar con la recreación en la estupidez ajena, eso sí; cumplido ese requisito, y a menos que se haya perdido el juicio por completo, en pequeñas dosis el tomito puede resultar incluso divertido. Desinformador también, que quede claro; pero es incontestable que, en determinadas ocasiones, las ocurrencias de este hombre provocan más de una sonrisa. Sirvan de ejemplo (tras ardua selección) las siguientes perlas:
Errores en la Wikipedia:
- A la discografía oficial de Alice Cooper hay que sumar el álbum (inédito hasta el momento) 'From Alice With Malice'.
- Black Sabbath compusieron la canción 'Don't Fear The Reaper' (la misma que llevan años tocando Blue Oÿster Cult).
- Siguiendo con el cuarteto de Birminghan, éstos, al parecer, también grabaron un disco que jamás vio la luz. Su título: 'Reflections'.
Conclusiones precipitadas:
- Prince, el genio de Minneapolis, se hizo llamar de esta forma (antes de rebautizarse como un estúpido símbolo) en honor al sobrenombre con el que también es conocido Satán; oséase, El Príncipe de las Tinieblas.
- El combo liderado por Jim Dandy, Black Oak Arkansas, está formado por satanistas. El indicio es evidente incluso para un niño de párvulos: sus siglas, B.O.A., se corresponden con el nombre de una especie de serpientes (y recordemos que este animal es uno de los símbolos satánicos por excelencia).
- La melosa e inocente 'Beth' de KISS es una composición eminentemente satánica. Según Laban, la letra 'b' es la inicial de Belcebú, la letra maldita de la dualidad (?).
Insólitas exclusivas:
- Ozzy Osbourne ha pertenecido (y es posible que siga perteneciendo) a The Golden Dawn, una sociedad ocultista de la que también formó parte Jimmy Page.
- El fotografo Fin Costello es un famoso mago negro.
- ¡Pongan en marcha las rotativas! Vincent Fournier es bisexual.
Mentiras desmentidas:
- En casi todos los conciertos de Rock siempre hay varios muertos. Solamente en USA, al cabo del año la cifra asciende a varios miles de víctimas. Lo confirma un reportaje televisivo de Judy Argasony, en el cual se detalla cómo en un fin de semana llegaron a morir en Los Angeles 650 jovenes en el transcurso de un week-end rock. "(...) Al parecer, las cámaras refrigeradoras de la funeraria de esta ciudad estaban llenas a rebosar y muchos de estos jóvenes ni siquiera pudieron ser identificados (...)". Sin embargo, "(...) no hemos podido comprobar la veracidad de este dato, que nos parece exagerado".
Sinsentidos varios:
- Entre los rokeros son habituales las costumbres coprófagas. Según Laban, es por todos bien sabido que las rock-stars tienen inusuales apetitos mientras están de gira: "champán francés, hamburguesas americanas, caviar ruso, etc...".
Novillos en la Academia de Idiomas:
- Paul Rodgers es otro siervo de Satán. Sólo hay que traducir Bad Company como 'la compañia del mal' (en lugar de 'mala compañía', que sería la traducción correcta) para verlo con más claridad.
Como véis, un despropósito detrás de otro; ponzoña de primera, ideal para lectores sin escrúpulos y con menos de dos dedos de frente. Igualitos, sin ir más lejos, que los propios editores, los cuales, en sucesivas reediciones mantuvieron el texto tal cual, sin correcciones ni fe de erratas a posteriori. Comprensible, a fin de cuentas, si tenemos en consideración que las obras definitivas no requieren retoques. Y, sin ningún género de duda, con 'Música Rock Y Satanismo' estamos ante la obra Definitiva del Diablo.
Vade retro.
'Música Rock Y Satanismo'
René Laban
Ediciones Obelisco (1ª edición, 1986)
Colección Testigos de la Tradición