miércoles, 26 de abril de 2006

Wig Wam

Spandex, Rimmel Y Unos Kilos De Más

Tres días y seis escuchas me han bastado para engancharme a 'Wig Wamania', el segundo disco de estos glamourosos noruegos. Y no es para menos. Qué buenas vibraciones me transmiten estos temas, dios. Y eso que, musicalmente, no hacen más que echar mano, canción sí, canción también, del amplio abanico de clichés propios del hard&heavy ochentero. Todo ello, eso sí, elevado a la máxima potencia, amplificando hasta el paroxismo cada uno de los dejes característicos del género, y con una actitud Spinal Tap realmente encantadora. Pero que nadie se lleve a engaño, Wig Wam no son ningún chiste; son una banda instrumentalmente muy compacta, y tanto las voces, los coros, los solos como las melodías están cuidados al detalle. A medio camino entre la parodia más descarada y el homenaje más fidedigno, sus composiciones recogen ecos de Bon Jovi, Tattoo Rodeo, Van Halen, Steelheart, Accept y otros tantos, pero el conjunto resulta tan refrescante que no me canso de escucharlo una y otra vez. Y eso que con la primera escucha la sensación que se me quedó en el cuerpo fue de relativa decepción. Su debut '667: The Neighbour Of The Beast' (2004) -y su posterior reedición (con varios extras añadidos) 'It's Hard To Be A Rock'n'Roller ... In Kiev' (2005)- me pareció uno de los mejores discos que vieron la luz aquella temporada, así que el listón estaba colocado a una altura considerable. Pero, tras darle un par de oportunidades más, no he podido resistirme a la evidencia: estamos ante una colección de canciones ideales para estos días soleados. Puede que haya visto demasiada televisión a lo largo de mi vida, pero cada vez que el lector de cd's reproduce 'Wig Wamania' me veo a mí mismo en un entorno playero, rodeado de abundancia de niñas (mayores de 18, ojo) y con una caipirinha en la mano. Los estribillos de 'Rock My Ride', 'Gonna Get You Someday', 'Kill My Rock'n'Roll' o 'Can't Get Her (Out Of My Bed)' son más pegajosos que el aceite solar y se te van a quedar más incrustados que los granos de arena en el trasero, pero como suele decirse: sarna con gusto no pica. Que cunda el ejemplo, maldición, a ver si Pearl Jam aprenden de una vez.


LINE UP:

Voz: Glam / Guitarra: Teeny / Bajo: Flash / Batería: Sporty


TRACKLIST:

Wig Wamania / Rock My Ride / Slave To Your Love / Gonna Get You Someday / Bygone Zone / Daredevil Heat / Kill My Rock'n' Roll / The Riddle / At The End Of The Day / A R'n'R Girl Like You / Can't Get Her (Out Of My Bed) / Breaking All The Rules
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jueves, 20 de abril de 2006

Monsters Of Rock 2006

Nos ha costado; hemos tenido que darle vueltas y más vueltas, pero por fin lo hemos conseguido. Antes ha habido que visitar la web de 600 establecimientos, calcular distancias de un punto a otro, discutir precios, intentar arrastrar (infructuosamente) a algunos colegas, esperar confirmaciones, qué sé yo, toda una serie de contratiempos que nos han puesto de los nervios en más de una ocasión. El tiempo se nos echaba encima a cada minuto, las expectativas de lograrlo mermaban con cada nuevo amanecer, el pánico a punto estuvo de propagarse,.. pero al final hemos salido triunfantes en esta carrera contrarreloj. Ya tenemos reserva en un hotel de Milton Keynes, el emplazamiento que albergará la 16ª edición del Monsters Of Rock el próximo 3 de junio, y al que se desplazará una delegación española formada por cinco fans (entre ellos servidor, cómo no).

Han transcurrido ya diez años desde la última edición del mítico festival, y, pese algunos cambios (se ha abandonado su legendario enclave y se ha sustituido agosto por un menos caluroso junio), el pulso mantenido a lo largo de sus más de 25 años de historia no se ha perdido. Nada mejor para celebrar tan esperado regreso que colocar unas cuantas figuras legendarias en el cartel. Aquí lo véis: Ted Nugent, Journey, Alice Cooper y Deep Purple. Cuatro nombres clave del Rock con más de 120 años de experiencia a sus espaldas. Se dice pronto. ¡¡Más de 120 años!! Sí, ya sé que no estamos en el ejército, y que en el ámbito rockero la experiencia no es necesariamente un grado, pero, a pesar de los inevitables altibajos que hayan podido tener, estos artistas todavía se conservan en buen estado de forma (menos Ian Gillan, por supuesto, por mucho que el señor Rulló se empeñe en defenderle contra viento y marea). Habrá quien, al ver el elenco de bandas, se lo tome a risa, pero es que la cosa del relevo generacional está muy mal, señores; porque, a ver, ¿qué formación con menos de tres discos editados tiene la suficiente proyección como para, si no encabezar, sí formar parte del trío de nombres principales? No se me ocurre ninguna, la verdad. Y no es que haya buenas bandas -que las hay-; el problema es que ninguna banda nacida en este tercer milenio posee el poder de convocatoria necesario para estar entre los grandes.

De momento sólo hay confirmadas seis bandas; las cuatro mencionadas, más Thunder (en la que supondrá su tercera intervención en el evento) y Queensrÿche (que repiten tras su participación en 1991). Quedan todavía dos nombres por esclarecer. Y aquí entramos de lleno en el terreno de la especulación, porque la duda que se me plantea es si se mantendrá la tónica classic, o si se incluirán un par de nombres actuales para aportar algo de sangre joven a la edición. Si se recurre a bandas veteranas el abanico resulta casi inabarcable (Rush sería un sueño hecho realidad, Wishbone Ash tampoco estarían mal, Nazareth serían un lujo,...), pero es difícil que una formación consagrada -aunque esté en horas bajas- se humille abriendo para otras de su nivel. En cambio, si la organización decide dar una oportunidad a bandas jóvenes, sería todo un acierto contar con la presencia de, por ejemplo, Wolfmother (de quienes no he hablado por aquí, pero que me parecen una maravilla), Tokyo Dragons o Roadstar (antes conocidos como Hurricane Party). O, por qué no, de The Darkness.

Hasta que el cartel no sea definitivo y esos dos nombres se hagan públicos, yo, mientras tanto, me mantendré ocupado repasando viejos hits de Journey y parte del actual repertorio de Purple, dos asignaturas pendientes que espero aprobar en el Milton Keynes Bowl. Eso sí, que no llueva, por favor.
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sábado, 15 de abril de 2006

The Black Halos (II)

Sala Apolo 2, Barcelona 10 Abril 2006

No soy muy amigo de los grandes recintos. De acuerdo, si tocan Mötley Crüe o Judas Priest allí me veréis, pero puestos a escoger me quedo con las salas pequeñas. Nada como la cercanía para disfrutar de una banda; por eso siempre procuro estar en las primeras filas. Aunque, en ocasiones, el estar tan próximo al escenario tiene sus inconvenientes. El show de The Black Halos fue una de esas ocasiones. ¿La razón? Billy Hopeless es un tío de lo más repulsivo y repugnante; la probabilidad de ser salpicado por sus fluidos corporales es tan elevada que consigue incomodar. Por no hablar de su fijación a sobarse los cataplines... Sólo le faltó pasarnos el dedo por las narices para que oliéramos.

Hace unos años vi a los Halos por televisión en los conciertos de Radio 3, y, si he de ser sincero, el tal Billy me pareció un tanto disgusting (y eso que ni escupía ni babeaba), pero le resté importancia al asunto a la hora de comprar el ticket. Al fin y al cabo mi intención no es copular con él, sino escuchar una serie de temas que me parecen imprescindibles. Después de la experiencia vivida en Apolo 2 (por cierto, cojonuda sala) he aprendido la lección: fuck you Billy!!! fuck you pig!!! El próximo día me quedo en casa.

Billy se presentó con un look a medias entre un drugo y Bruce Lee, y ya desde el primer momento dejó claro que él era el protagonista de la noche. Eso sí, tuvo a un duro rival: Denyss, el nuevo bajista, que parece recién salido de Sunset Boulevard. Las pedorras que había a mi lado no dejaron de hacer comentarios sobre 'lo bueno que está este tío'; al parecer, su único reclamo para asistir al concierto, porque no abrieron la boca para corear un tema en ningún momento.

Desgranaron, básicamente, lo mejor de sus dos últimos discos, haciendo mención a su debut muy de pasada ('Shooting Stars'). Mejor, porque ese disco, a excepción de un par de temas, me parece bastante irregular. Lo que me sorprendió fue la cantidad de versiones que hicieron: Misfits ('Where Eagles Dare'), Tom Petty ('I Need To Know') y Joy Division ('Warsaw').

No faltaron 'Three Sheets To The Wind', 'Last Call At The Toothless Saloon', 'Darkest Corners', 'Studio Suffering', 'Burning Trash', 'Some Things Never Fall', 'No Tomorrow Girls', 'Jane Doe', 'Last Of The 1%'ers', 'Sell-Out Love', 'Start The Violence', ...

Como no lo hicieron mal, tras el show me hice con una t-shirt. Un póster de la gira y un autógrafo de Denyss (a Jay Millette, el amorfo guitarrista, no me atreví a acercarme -qué grima da el cabrón-) completaron el pack de memorabilia. Cualquier cosa de recuerdo menos un japo de Billy en la cara.
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jueves, 13 de abril de 2006

Plasmatics

Rock'n'Roll Desde La Cúpula Del Trueno

Por mucho que Tina Turner vistiese de cuero, metiese los dedos en el enchufe para encresparse los pelos o se codease con un musculado saxofonista bañado en aceite, su presencia en 'Mad Max III', en su banda sonora y en su correspondiente clip promocional hacían aguas por todos lados. ¿Qué era todo aquéllo? ¿Quien se encargó del diseño de producción? ¿Su querido Ike?

Nadie puede negar que la elección de Angry Anderson para el papel de Barra de Acero fue todo un acierto, pero la cosa hubiese ganado enteros si en el soundtrack del film se hubiese hecho un hueco para algún tema de Rose Tattoo. Sí, de acuerdo, siempre habrá quien opine que aparecer en la banda sonora de una superproducción de este calibre es un insulto a la integridad de una banda, pero hubiese sido un bonito reconocimiento a toda una vida dejándose las pelotas por el Rock'n'Roll. Aunque, si una banda merecía estar en cualquiera de las tres entregas de la saga, ésa era Plasmatics. Su look, su sonido, su actitud,... todo encajaba a la perfección en el mundo post-apocalíptico que refleja el film. Lástima que en 1984, año en que se llevó a cabo la producción, la banda ya estaba disuelta; aunque con una Wendy O. Williams dispuesta a hacer carrera en el cine convencional (rememoremos su pasado porno con este video ) tal vez la oferta le hubiese interesado. Cualquiera que haya tenido la oportunidad de ver alguno de los clips de esta dama seguro que no le costará imaginársela trepando por un camión cisterna, ataviada con un arnés de cuero y tocada por su característica cresta rubia platino.


Mi primera toma de contacto con el universo Plasmatics se produjo de casualidad. Corrían los días en que servidor se dejaba influenciar por las portadas de los vinilos, así que cuando tuve ante mis ojos la de su EP 'Metal Priestess' (1981) lo tuve claro: ese disco debía engrosar mi, por entonces, raquítica colección. Jamás había escuchado su música, y su nombre tan sólo me sonaba de haberlo leído en alguna revista, pero eso poco me importaba. Con ese look tan impactante el contenido tenía que estar a la altura. Y no me equivoqué. Recuerdo que hice girar aquel círculo negro hasta la saciedad, memorizando todos y cada de los seis cortes que contenía. La hipnótica 'Lunacy', la demoledora 'Black Leather Monster', la histérica '12 Noon',... A cada tema le correspondía un adjetivo diferente porque cada uno tenía entidad propia. Y es que, por entonces, ninguna banda sonaba como ellos. Y para qué nos vamos a engañar, hoy día tampoco.

En los años siguientes me hice con un par de vinilos de la Reina del Shock Rock, 'Maggots: The Record' (1987) y 'Deffest And Baddest' (1988). El primero, un disco conceptual rebosante de zombis y diálogos interminables, suponía el testamento discográfico de Plasmatics, mientras que el segundo era un curioso artefacto de chapucero rap metal firmado en solitario por la controvertida cantante. Ninguno de los dos discos tenía por donde cogerse, así que me olvidé de la banda durante una temporada. Pero a raíz de un reportaje en Popular 1, en el que se repasaba toda su trayectoria, me interesé de nuevo por ellos. 'New Hope For The Wretched' (1980) y 'Beyond The Valley Of 1984' (1981) me devolvieron de forma amplificada la crudeza de la que hacía gala su EP, pero fue 'Coup D'Etat' (1982) el disco que, definitivamente, me dejó noqueado. La sensación de poder que desprende cada uno de sus surcos es tal que sólo puede describirse como estremecedora. Con un sonido orientado abiertamente hacia el Heavy y el Hard -enfoque que ya se dejaba intuir en 'Metal Priestess'-, su debut para la major Capitol se revela como su mejor trabajo. Himnos de la talla de 'Put Your Love In Me', 'Rock'n'Roll' o 'Country Fairs' hablan por sí solos, sin menospreciar la versión de Mötorhead, 'No Class', o ese medio tiempo, oscuro como la garganta del demonio, titulado 'Stop'. Puede que a las nuevas generaciones el sonido ochentero del disco les suponga una barrera para adentrarse en él, pero, que no les quepa duda alguna, ninguna mujer ha rebasado el nivel de agresividad que WOW alcanzaba ante un micro.

Hoy hace una semana del octavo aniversario de la desaparición de Wendy Orlean Williams. Sirvan estas líneas como tributo.
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miércoles, 12 de abril de 2006

Jeff Scott Soto

El Hombre Que Pudo Reinar

Ya sé que han corrido ríos de tinta al respecto, pero, ahora que dispongo de información completa sobre el asunto, permíteme que recupere un tema que trajo de cabeza a todos los die-hard fans de Queen: la elección de un vocalista capaz de mantener el tipo defendiendo un repertorio de tan magna envergadura. Y lo que es más importante, sin que el susodicho se colocase en una posición incómoda al intentar suplir la ausencia en el escenario de un frontman de la talla de Freddy Mercury.

Se habló de Robbie Williams, de George Michael,... Personajes que, además de poner en entredicho su propia valía, hubiesen arrastrado por el barro el buen nombre de Queen. Al final, como todos sabemos, el escogido fue Paul Rodgers, una figura respetada y reconocida a partes iguales en la Historia escrita del Rock (otro cantar es su relevancia a nivel del ciudadano de a pie... y más en un país como España). Nadie puede reprocharle a Rodgers que lo hiciese mal; yo mismo asistí a su actuación en Barcelona, y nada tengo que objetar, pero tras el visionado del dvd que hoy centra estas líneas, creo que Jeff Scott Soto se hubiese saldado como una mejor opción. Ya se sabe, Brian May y Roger Taylor querían a un Rey para su personal encarnación de la Reina, pero, a mi humilde parecer, un Príncipe hubiese aportado la dosis exacta de frescura que el evento requería.

De acuerdo, Soto es un completo desconocido para el gran público, y tan sólo una reducida parte del aficionado medio al Hard y al Heavy le tiene en cuenta, pero ello no le resta categoría. Dicho esto, queda claro que su poder de convocatoria es de lo más discreto (ni con los Soul Sirkus de Neal Schon logró llenar una sala de pequeño aforo como es la barcelonesa Bikini), pero después de presenciar lo que tuvo lugar en Prestaty, Norte de Wales, hace ahora casi tres años es difícil no pararse a elucubrar lo que hubiese dado de sí Soto en el puesto vacante.

No cuesta imaginarse al bueno de Jeff derrochando entusiasmo, juventud, carisma y respeto interpretando todos esos clásicos, frente a multitudinarias audiencias y rodeado de los creadores de todos esos temas inmortales. Si ya en el marco de una convención de fans fue capaz de crear tanta excitación y magia me gustaría haber sido testigo de lo que hubiese sido capaz en un recinto de grandes dimensiones.

Dudo que el sueño de contar con Soto en las filas de Queen resucite de nuevo en el futuro, por lo que habrá que conformarse con lo que hay, que no es poco; una actuación ejemplar, un repertorio más grande que la vida (¡¡42 temas!!) y todo el savoir faire de un hombre entregado al más sincero de los tributos. ¿Te lo vas a perder?

Danko Jones (III)

Sala Apolo, Barcelona 8 Abril 2006

Una de mis ex-novias a menudo se lamentaba de no haber tenido nunca una Barbie. La pobre, año tras año, escribía una carta pidiendo la dichosa muñeca, pero cada Navidad Sus Majestades de Oriente recortaban su presupuesto obsequiándole con una mucho más modesta -y barata- Cindy. Qué cosas tiene esto de pertenecer a una familia obrera... No sé hasta qué punto esta carencia llegó a joderle la infancia a la chica, pero, en mi caso, el hecho que los Reyes Magos jamás me trajeran un Simón dice ha acabado teniendo repercusiones a largo plazo en mi vida. Maldita sea, quién me iba a decir que la falta de semejante artefacto infernal arruinaría mi porvenir.

Está comprobado que las pocas partidas que me eché con el cacharro junto a un amigo sirvieron de poco para desarrollar mi memoria. La prueba más evidente: soy incapaz de recordar los set-lists de los conciertos. Por muy bien que me conozca el repertorio que el grupo se traiga entre manos, sin la ayuda de papel y bolígrafo siempre se me olvida algun tema; por no hablar del orden secuencial. A duras penas, y como máximo, logro recordar con qué pieza abren y cierran el show.

El de Danko Jones dio inicio con el explosivo 'I'm Alive And On Fire' y finalizó con la no menos poderosa 'Mountain', una pieza inédita hasta el momento en su discografía, que se convierte en toda una performance en manos de nuestro hombre. Puños en alto, sentimientos a flor de piel, un monólogo que no me canso de escuchar, y una sesión de bofetadas que me pone los pelos de punta (descárgate un fragmento aquí ).

Entre uno y otro tema fueron cayendo canciones pertenecientes a sus cuatro álbumes, haciendo especial hincapié en 'Sleep Is The Enemy', su flamante último disco, y 'I'm Alive And On Fire', la compilación que lo dio a conocer más allá de sus fronteras, y que a día de hoy, diez años después de haber sido grabado, sigue sonando igual de fresco. Nada menos que cinco cortes se recuperaron para la ocasión: 'Samuel Sin', 'Dr. Evening', 'Mango Kid', el tema título, y el imprescindible 'Sugar Chocolate' (descárgatelo aquí).

De 'Sleep Is The Enemy', y haciendo alarde de una seguridad aplastante, sonaron ocho temas: 'Sticky Situation', 'Baby Hates Me', 'Don't Fall In Love', 'She's Drugs', 'The Finger', 'First Date', 'Invisible' (es decir, las siete primeras canciones del disco) y el corte que titula la obra. Lógicamente, en 'Invisible' no contamos con la presencia ni la voz de John Garcia, pero Danko se las apañó para hacerla sonar de maravilla; de lo mejor junto a la adrenalínica 'The Finger'.

Para mi sorpresa, el repaso al resto de su discografía fue de lo más escueto. Si la memoria no me falla, tan sólo un tema de 'We Sweat Blood' ('The Cross') y un par de 'Born A Lion' ('Play The Blues' y una extensísima versión de 'Love Is Unkind' -con otro de sus impagables diálogos- que voló algunas cabezas).

Uno de los conciertos del año, señores, y tal vez el mejor de los tres que he presenciado del trío. Si estuviste allí lo sabes tan bien como yo, Danko Jones es un auténtico animal escénico. No hay discusión posible. Su actitud -entre arrogante y autoparódica-, su entrega y su repertorio convierten la velada en una fiesta a lo grande, en una experiencia que querrás repetir con cada nueva visita de la banda. Cita obligada, diversión asegurada.

Y no pasaré por alto el papel de los teloneros, los prometedores Tokyo Dragons, quienes redondearon un doble cartel como hacía tiempo no veía. Su debut, 'Give Me The Fear', no es la tabla de salvación del Rock'n'Roll, ni mucho menos; pero una escasa media hora de permanencia sobre el escenario les bastó para ganarse una respuesta de lo más entusiasta por parte del respetable. Si no los conoces descárgate aquí su divertido clip.

viernes, 7 de abril de 2006

Rob Zombie

El Zombie Se Nos Muere

Menudo titular me ha salido, amigos. ¡Más engañoso imposible!Que nadie tema; (que yo sepa) nuestro querido Robbie no la está palmando, ni tiene intención de dilapidar su carrera musical. Aunque, leídos los enfrentamientos verbales que está generando su tercer disco en los foros de internautas, esa última afirmación está en tela de juicio. En opinión de muchísimos fans el tercer disco de Mr. Zombie supone su réquiem, su canto del cisne, su despedida del circo del rock'n'roll,... según otros, un intento de explorar nuevas vías, un viaje a los 70, un proceso de madurez,... Blablablá. A estas alturas no voy a ejercer el papel de abogado del Diablo, pero, si me he de posicionar, me quedo con la segunda línea de pensamiento; puntualizando, eso sí, que lo de 'madurez' lo descarto por completo. ¿Menos artificioso? Cierto. ¿Más oscuro? Válido también. Pero, ¿maduro? Nchá. Os recuerdo que estamos hablando de alguien que vive sumergido en una burbuja de Serie B, cómics y Heavy Metal; y hasta que no adopte un nombre artístico más terrenal resulta descabellado pensar que nuestro zombie preferido toca con los pies en el suelo.

Aunque, con la foto que ilustra 'Educated Horses' parece querer decirnos algo, enviarnos un mensaje. ¿Tal vez reflejar su deseo de simplificación? Es posible. En una reciente entrevista ha admitido estar un poco harto de las atmósferas electrónicas y los ambientes recargados de samples; actitud que encuentra su correspondencia en el concepto mismo de la portada. Una foto en blanco y negro de Rob, sin maquillaje ni atuendos escénicos. Si no fuese por su particular apellido cualquiera podría pensar que este tipo es un hippy perdido en el túnel del tiempo o un cantautor de raíces folkies. Aunque, a mí, personalmente, el detalle que más ha atraido mi atención de esta nueva encarnación del personaje es la (casi) ausencia total de su característico 'yeeeeeeeeah'. Quien sabe, lo mismo nos encontramos ante un caso similar al de Paul McCartney, y resulta que este Rob Zombie es un impersonator.

Del disco no diré ni que es mejor ni peor que sus anteriores entregas en solitario; más que nada porque ni 'Hellbilly DeLuxe' ni 'The Sinister Urge' me parecen obras a enmarcar. Son discos muy del momento, de exprimir durante unas semanas para inmediatamente después guardarlos durante una larga temporada. Este 'Educated Horses' sigue la misma línea; pero consigue desmarcarse del resto gracias a una menor linealidad y nuevos registros tanto estilísticos (el inicio de 'The Devils Rejects' corre a cargo de una sureña steel guitar) como vocales (en 'Death Of It All' parece un cruce entre Marc Bolan y Alice Cooper).

Para el single de adelanto se ha escogido un tema ('Foxy, Foxy') que desvirtúa un poco el concepto global del disco -si es que aquél existe-, pero que a mí me ha gustado bastante. Resulta un tanto poppy, la verdad, y no cuesta mucho imaginarse una versión remezclada del mismo arrasando en las discotecas de medio mundo, pero cuenta con un buen riff, un pegadizo estribillo y una alusión al universo setentero de Pam Grier. No necesito más. Y el clip, con todas esas nenas recién salidas del Bar Coyote, la espesa luz solar que todo lo empapa, y los caballos cabalgando por el prado, me parece una buena forma de despedir una etapa.

Descárgate el clip aquí


TRACKLIST:

Sawdust In The Blood / American Witch / Foxy, Foxy / Seventeen Year Locust / the Scorpion Sleeps / 100 Ways / Let It All Bleed Out / Death Of It All / Ride / The Devil's Rejects / Lords Of Salem
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