miércoles, 31 de octubre de 2007

Paul Gilbert

I Don't Wanna Miss A Thing

Hasta ayer mismo no me había molestado en descubrir lo que ha venido ofreciendo desde hace más de una década Paul Gilbert al margen de Mr.Big y Racer X, y lo cierto es que mi primera toma de contacto con su carrera en solitario no ha podido ser más marciana. Y es que las imágenes iniciales del dvd 'Space Ship Live' (2005) poco tienen que ver con recintos en penumbras, público rugiente y pipas ultimando los detalles de un escenario... Lo primero que podemos ver, en cambio, es un primer plano de la cara de Paul en actitud zen para, transcurridos unos segundos, y sin previo aviso, lanzar un desgarrador bramido que nos invita a entrar en su parcela particular de virtuosismo y locura. Una parcela que, para nuestra sorpresa, toma la forma de una sala de grabación en los Cello Studios de Los Angeles, un decorado de lo más aséptico e impersonal. Cables, bafles, una diana de dardos, un extintor, un cubo y una fregona... Incluso contamos con la aparición estelar de uno de los técnicos del estudio, que asoma de vez en cuando la cabeza al otro lado de la cabina de controles, o de los propios cámaras que registran la acción. Todo de un naturalismo que ya quisieran para sí muchos de esos bodegones que siglos ha inmortalizaban algunos pintores. Pero la aparente monotonía se rompe con el atuendo de los instrumentistas: ¡¡unos trajes espaciales de vistoso color naranja!! Cualquiera hubiese dicho que esto era un dvd de 'Man... Or Astroman'. O lo que es peor: ¡¡el renacimiento de Bruce Willis en la continuación de 'Armageddon'!! Un guiño de lo más surrealista que, sin duda, haría las delicias de Borja, el prota del serial 'Qué vida más triste' (por cierto, ¿para cuándo la tercera temporada?).

Aunque para delicias, las que nos dispara Gilbert junto a sus compañeros de fatigas, Marco Minnemann (batería) y Linus of Hollywood (bajista y portador de inequívoco nombre), quienes, en riguroso directo y disfrutando como enanos, interpretan un total de dieciséis piezas, doce de las cuales incluidas en su -por entonces- más candente trabajo discográfico, 'Space Ship One' (2005). Eso en cuanto a la filmación principal, de aproximadamente 75 minutos, a la que se añade un apartado de extras -tomas alternativas, versiones acústicas de algunas de las canciones anteriormente ejecutadas y un par de piezas inéditas- que sobrepasa los tres cuartos de hora. En total, alrededor de dos horas de música en las que se transita una amplia variedad de estilos, desde el heavy metal al hard melódico de melodías pop (con Cheap Trick y Enuff Z'nuff a la cabeza), pasando por medios tiempos, baladas y algún que otro trallazo punk-rockero.
A parte del vestuario, el detalle más freak del dvd es una breve presentación a cargo de Mr. Gilbert de todas y cada una de las canciones. El esquema se repite de principio a fin: aparición en pantalla de un rótulo con el título del tema, y, a continuación, presencia de Paul, guitarra en ristre y pinta de nerd pajillero, quien nos habla escuetamente de la pieza en cuestión para, acto seguido, masacrarnos con un solo a velocidad de vértigo. De lo más marturbatorio.

Por fortuna, además de demostrar continuamente su maestría con el instrumento, Paul también se atreve con el noble arte del canto. Y no lo hace mal, la verdad. Sin ser un gran vocalista, supera el trance con nota. Así mismo, mientras su capacidad vocal puede ser motivo de discordia, su destreza a las seis cuerdas es origen de unanimidad. Es más, Gilbert posee esa cualidad tan especial para muchos metaleros -la velocidad- que le hace merecedor de participar en ese supuesto concurso de guitarristas que anualmente enfrenta a los corremástiles más rápidos del planeta. Aunque, viendo la de escépticos que pueblan este mundo, siempre habrá quien, como Txuris, se pregunte aquello de '¿cuántas notas por segundo toca ese tío?'.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Crystal Pistol (Revisited)

Ignoro cómo les estará yendo a los Pistol su gira por nuestro país, pero a raíz de lo vivido el pasado viernes -más abajo tenéis la crónica- y lo leído en el site RockTrip, su paso por Barcelona y Valencia se ha saldado de forma muy positiva; algo mejor en la segunda ciudad, eso sí, dado que allí, además de los temas nuevos que formarán parte de su segundo disco, interpretaron de cabo a rabo su explosivo debut (a excepción de la pausada 'Salt of the Earth') y alargaron la función con un segundo bis. Imagino que la brevedad de su descarga en la Ciudad Condal se debiese al jet lag de los cojones, pero no deja de ser una putada que justo el día siguiente estirasen tanto el set-list (qué mala es la envidia, coñio).

Hoy mismo estarán tocando en Santoña (Santander), y en los tres días siguientes se patearán los escenarios de Madrid, Logroño y Burgos, sin jornadas de descanso ni tiempo para visitas turísticas, sólo rock'n'roll a la yugular. Yo de vosotros no me los perdería.

Aquí os dejo un par de clips grabados en Barcelona (uno de ellos, la potente 'I Got It Wrong'):

Heaven & Hell

Es Cosa de Hombres

Gracias a la gentileza de un amigo -que prefiere mantenerse anónimo-, ayer pasé más de dos horas en compañía de la última encarnación de Black Sabbath, Heaven&Hell, o, lo que es lo mismo, los cuatro vejestorios que el año pasado protagonizaron uno de los retornos más inesperados del Heavy Metal y que, según recientes declaraciones de Tony Iommi a la prensa americana, posiblemente alumbre una nueva obra el próximo 2008.

¡Qué cosa! Si la memoria no me falla, en todas las entrevistas que concedieron en su momento, todos y cada uno de los miembros interrogados coincidían en un punto: Heaven&Hell era un proyecto aislado en el tiempo que no tendría continuidad en el futuro. Por lo visto, tal como aseguró Geezer Butler en This Is Rock, el hecho que los miembros de la banda hayan viajado por separado durante todo el tour ha imposibilitado la reaparición de viejas fricciones entre los señores Iommi y Dio. Aunque, muy posiblemente, el factor determinante para este cambio de parecer tenga mucho que ver con otro señor: Don Dinero. Y es que, a razón de los numerosos sold-outs que han cosechado a lo largo de la gira, a nadie se le escapa que éste ha sido uno de los tours más exitosos del año y que sería de idiotas no seguir estrujando las tetas de la vaca.

Elucubraciones al margen, la realidad más inmediata es que, fruto de esa gira, ha visto a la luz uno de los documentos más ansiados por todos los amantes de la etapa de Dio en Black Sabbath. Con una presentación de lujo, la edición limitada de 'Live From Radio City Music Hall' cuenta con dos discos de audio y un completo dvd que recogen un set de quince temas. El set, por cierto, no depara grandes sorpresas; algo lógico si tenemos en cuenta que Dio solamente prestó su voz en tres álbumes de estudio, apenas una treintena de composiciones sumando las tres nuevas canciones que grabaron el año pasado con motivo de la edición del recopilatorio 'The Dio Years'. No faltan 'The Mob Rules', 'Children of the Sea', 'Lonely is the Word' ni 'Neon Knights' (aquí, al contrario que en 'Live Evil', cerrando el set), aunque a mi juicio, una canción que realmente se echa de menos es 'Country Girl', una de las más solicitadas por parte de sus seguidores a tenor de los comentarios de algunos fans incluidos en el apartado de extras.

Como se ve en las capturas siguientes, el marco del evento es inmejorable. Un escenario de estilo románico, recreando la fachada de un castillo, con verjas a ambos lados del kit de batería y tres ventanales sobre los que se proyectan imágenes, y un juego de luces que proporciona, por momentos, una iluminación más evocadora que reveladora. ¡No por nada estamos ante los Reyes de la Oscuridad! Y qué decir de ellos... Dio está pletórico, como siempre, alcanzando todas las notas sin problema alguno de espalda (no como el Metal God, que acompaña cada alarido con un pronunciado encorvamiento) y lanzando manos cornudas a diestro y siniestro. Geezer y Iommi, mucho más estáticos, se muestran también más sobrios, totalmente concentrados en sus instrumentos. Y Vinny, el fuertecito, aporrea con fuerza y precisión su batería, sometiéndose al tempo de la canción con habilidad y entusiasmo. Lástima que aburra en la parte central de la filmación con un insulso solo que, se mire como se mire, no hay por donde cogerlo.

Ya para acabar, aclaro que el subtítulo no se me ha ocurrido mientras me tomaba unos copazos de brandy, sino porque un vistazo al público que abarrota el impresionante auditorio del Radio City Music Hall deja las cosas bien claras: estamos ante un campo de nabos. Y bien maduritos, por cierto. Una pena porque a servidor le gusta que entre la concurrencia siempre haya alguna flamenca que quiera protagonizar su particular momento 'titty-cam' y haga bien en enseñarnos las tetas. Pero, para bien o para mal, esta banda tiene poco que ver con KISS o Mötley Crüe, así que no queda más remedio que buscar en otra parte la ración de peras. Mi gozo en un pozo.

sábado, 20 de octubre de 2007

Crystal Pistol

19 de Octubre, Zac Club, Barcelona

Si no fuese porque hoy sábado me va a resultar del todo imposible asistir al concierto tributo que se le va a dedicar a Lynyrd Skynyrd en la Sala KGB (recordad que hoy se cumple el trigésimo aniversario del terrible accidente aéreo que a punto estuvo de acabar con la carrera del combo de los hermanos Van Zant), esta semana servidor la recordaría como una de las más rockeras de su vida. Hubiese sido hermoso rematar una capicúa musical de tres jornadas iniciadas y finalizadas con buen southern rock, pero... ¡hey, no está nada mal disfrutar de dos veladas rockeras justo antes de iniciarse el week-end! El jueves fueron Ron Vudú quienes se encargaron de prenderle fuego a la noche, y ayer viernes le tocó el turno a los canadienses Crystal Pistol dinamitar los restos del incendio con su sleazy punk-rock. Y vaya si conocen su oficio estos canadienses... ¡Son unos artificieros de primera!

Con un nivel de adrenalina y arrojo fuera de lo normal, una avalancha de watios como hacía tiempo no se desataba en Barcelona, y una colección de canciones anfetamínicas, los Pistol saltaron a escena con el firme propósito de no dejar piedra sobre piedra, y ya de paso hacernos volar por los aires. Y hablo en el sentido más literal. En un par de momentos la cosa se desmadró más de la cuenta en cuanto a empujones en las primeras filas se refiere, y de no haber sido por una mano amiga que me frenó a tiempo hubiese dado con mis huesos contra una de las paredes de la sala a velocidad terminal.

El set pecó de brevedad (apenas 40 minutos), pero la intensidad de la que hicieron gala estos tipos suplió con creces el tiempo que permanecieron sobre el tablado. Yo al menos toqué las puertas del infierno gracias a himnos como 'Locomotion', 'Watch You Bleed', 'Rockstar', 'Line It Up' (lástima que 'No Fun City' no les quedase todo lo rabiosa que es en disco) y alguno de los cortes que formarán parte de su segundo larga duración (a la venta dentro de cuatro meses según palabras de su guitarrista). Se echaron en falta temazos clave de su debut ('Live Fast', 'Teenage Parasite' o 'Shake') y alguna que otra composición ajena (cualquier cosa de punk rock old school o sleaze ochentero hubiese sido bien recibida), pero tal como están las cosas últimamente -al caso de Chelsea Smiles me remito-, no nos quedan más cojones que conformarnos.

Ya digo, podrían haberse estirado 10 ó 15 minutos más con el repertorio, pero si siguen en esta línea tan batalladora lo tienen (casi) todo para triunfar. El único elemento que deberían tratar de mejorar es su vocalista; demasiada mala vida y un exceso de phoskitos no pueden conducir a nada bueno. Y es que esto de ser frontman de una sleazy rock band es un trabajo para el que no todo el mundo está capacitado. Para que luego digan que ser cock-rocker es cosa de flojos...

viernes, 19 de octubre de 2007

Ron Vudú

19 de Octubre, Sala ACME, Cerdanyola

Si mal llevo el cómputo de ocasiones que han aparecido por este blog, peor todavía lo tengo con el número de veces que les he visto en directo, pero es que no me canso de reivindicar a una de las mejores formaciones que tenemos en este país. Y visto lo de anoche me reafirmo en mis convicciones. Auténtico tesoro nacional, con su rock'n'roll de aromas sureños los Vudú engrosan su legión de seguidores allá por donde pasan, depositando un poso en el paladar de los primerizos que aciertan al acercarse a verles sobre un escenario. Un poso de agradable regusto que madura con rapidez y que te empuja a repetir la experiencia Ron Vudú tan pronto como se te vuelve a presentar la oportunidad.

Con motivo de la vigésima edición del Festival Internacional de Blues de Cerdanyola ayer noche nuestros protagonistas se pasaron por la sala ACME para hacernos rockear, y, a pesar de la hora tan intempestiva a la que dio inicio el recital y del cansancio que arrastrábamos todos los allí congregados (los miembros de la banda un poco más, dado el pantagruélico menú que se habían metido entre pecho y espalda unos minutos antes), la velada se saldó con una entrega a prueba de bombas y casi dos horas de música. Dos horas en las que dejaron caer ocho de los once temas que conforman su debut, además de un suculento puñado de covers (a sus habituales interpretaciones de 'Mueve las Caderas', 'Call Me the Breeze', 'Freebird' y tantas otras, nos sorprendieron en los bises con una relectura 100% pantanosa del 'Revolution' de los Beatles).
Convertidos definitivamente en sexteto, los Vudú declaran encontrarse en su mejor momento tanto a nivel personal como creativo, y lo cierto es que razón no les falta; primero, porque la camadería que se respira al verles sobre las tablas es especialmente intensa, y, segundo, porque ya tienen listos cuatro nuevos temas de cara a su segundo disco. Ayer mismo presentaron uno de ellos, un vacilón 'Corazón de Rock'n'Roll' de sabor Stones que nos hace presagiar que todavía nos quedan grandes cosas por oir de estos tíos.

La nota negativa a tan grata velada la puso un percance con las pilas de mi vetusta cámara digital minutos antes de iniciarse el show, quedando esta crónica coja de imágenes. Sin embargo, y como suele decirse, no hay mal que por bien no venga; así que, si tenéis curiosidad de verles la jeta, pasaros por su web y llevaos un susto (http://www.ronvudu.com/).

jueves, 18 de octubre de 2007

Sebastian Bach

Me gusta menos ausentarme del blog que a vosotros visitarlo y comprobar que todavía no lo he actualizado, pero así están las cosas. Aunque, si de demora hablamos, un individuo que también merece un pequeño empujón es, aparte del amigo Axl, el colega Baz. Y no hablo de mí mismo (demasiadas muestras de egocentrismo he dado últimamente por aquí), sino de Sebastian Bach, el ex-voceras de Skid Row. Y es que el bueno del Sebas llevaba anunciando la continuación a su debut en solitario desde tiempos inmemoriales, concretamente desde 1999, año en que vio la luz 'Bring'em Bach Alive!', una suerte de greatest hits grabado en directo, y ampliado con cinco nuevas composiciones de estudio, de las cuales ni una sola podía mirar de tú a tú a los temas clásicos de su antaño fidedigna formación. Y debo recalcar lo de 'antaño' porque, ya desde los tiempos de 'Subhuman Race', la caída en picado de las composiciones de Skid Row ha alcanzado un nivel tan bajo que raya lo vergonzoso. Si 'Thickskin' era prácticamente infumable, lo que hicieron el año pasado con 'Revolutions Per Minute' alcanza cotas inimaginables, de verdad (cuando recibí la promo me vi incapaz de dedicarles una reseña ante la imposibilidad de destacar algo positivo de aquel despropósito). Y lo más chocante de todo es que, en su momento, los todavía en activo Snake y Bolan (con la puntual colaboración de nuestro rubio protagonista), engendraron algunos de los himnos rockeros definitivos de los 80s. Una lástima y un claro ejemplo de que, en ocasiones, la división de talentos no tiene por qué dar buenos frutos por separado.

Pero como no me gusta dar nada por perdido a destiempo, espero tener que tragarme la frase anterior cuando de aquí a un mes, concretamente el 20 de noviembre, se ponga a la venta 'Angel Down', el segundo disco en solitario de Mr. Bach. Y es que, a pesar de la reticencia que suscita contar con un debut tan endeble, no negaré que guardo no pocas expectativas en este lanzamiento. De momento, y no es poco, el factor mediático está de su parte; y es que contar con la aportación vocal de todo un Axl Rose en tres de los cortes del álbum ('Love is a Bitchslap', 'Stuck Inside' y una versión del clásico de Aerosmith 'Back In The Saddle') es un lujo del que pocos pueden presumir. Aunque -y juro que no pretendo echar más leña al fuego, válgame Dios-, no se puede ignorar el hecho que quizás esos duetos se conviertan finalmente en el testamento musical de W.A.R. (por mucho que recientemente se haya anunciado la, al parecer, definitiva fecha de publicación del jodido 'Chinese Democracy').
En cualquier caso, sea un trabajo digno o una completa birria, nadie en su sano juicio puede restarle méritos a Sebastian Bach. Tanto si habéis presenciado uno de sus conciertos en vivo como si habéis visto su dvd 'Forever Wild' (2004) sabréis de lo que os hablo. Y es que muy pocos le hacen sombra sobre un escenario. Ya sea impartiendo lecciones de hard-rock como haciendo uso del playblack (metería la mano en el fuego que la mitad de los gritos que se oyen en el mencionado dvd tienen más trampa y cartón que una peli de estafadores), su presencia y entusiasmo ya valen el precio del ticket.

lunes, 8 de octubre de 2007

Spun

De Metamfetamina Y Caravanas en Llamas

El viernes pasado empecé la mañana de forma un tanto peculiar: visionando una película. No una cualquiera, por supuesto, que no es que ahora me haya dado por hablar también de cine; bastante trabajo me da ya el rock'n'roll... La película en cuestión se titula 'Spun' (2003), y, para que os hagáis una idea, vendría a ser un cruce entre 'Trainspotting', 'Réquiem por un Sueño' y 'Miedo y Asco en Las Vegas'; es decir, el alocado ir y venir de una pandilla de drogadizos que -siempre en coche- intentan resolver sus chanchullos. Si conocéis los títulos que he mencionado, coincidiréis conmigo que la cosa promete, ¿verdad? Pues si a eso le añadimos un sentido del humor tan pasadísimo de rosca como los protagonistas de la historia, una puesta en escena que no escatima detalles de mal gusto (detalles que, qué queréis que os diga, a mí me encantan), un plantel de actores que cuenta con nombres como Mickey Rourke, Mena Suvari, Brittany Murphy o John Leguizamo, y pequeños papeles para Peter Stormare (uno de los asesinos a suelo de 'Fargo'), Deborah Harry (la antaño sexy vocalista de Blondie) o Ron Jeremy (a éste no hace falta presentarlo, ¿no?) pues no se me ocurre ninguna excusa para dejarla pasar...

Mención especial merece la banda sonora. Orquestada por el calvorota Billy Corgan (quien también realiza un cameo en el film), el soundtrack cuenta con profusión de temas rockeros: 'Flying High Again' de Ozzy, 'Dr.Feelgood' de Mötley, 'Drive' de Halford, 'Geekstreak' de The Hellacopters, Silverginger 5, The Turpentines, T.Rex, Foghat, ... ¡incluso tres de temas black-metaleros! De Satyricon y Bathory, concretamente. Una puta mierda los tres, todo sea dicho, pero que da una idea de lo variopinto de esta selección de canciones. Pero las joyas de la Corona son, sin ningún género de duda, tres versiones acústicas a cargo de The Djali Zwan (o la vertiente acústica de Zwan, el fallido proyecto post-Smashing Pumpkins de Corgan), quienes reinterpretan de forma totalmente alucinante tres clásicos absolutos del Heavy Metal como son 'The Number of the Beast' de Iron Maiden, 'Love to Love' de UFO y 'Loving You Sunday Morning' de Scorpions (lo cual demuestra que la participación de Corgan en 'Humanity Hour 1' de los alemanes no se debe a ninguna estrategia comercial, si no a un gesto de auténtico fan). Más anecdóticos, por otro lado, resultan los dos temas compuestos por el actor Peter Stormare, interpretados por su banda Blonde from Fargo (en ella, curiosamente, Peter se rebautiza como Sturmer, a secas).

De la cinta, a decir verdad, no tenía constancia de su existencia hasta el mes pasado, cuando, leyendo la entrevista a Rob Halford publicada en el número de septiembre de Popular 1, se mencionaba la intervención del Metal God (¿o debería decir Metal Goddess?) en un film independiente. En realidad, dicha participación no es más que un brevísimo papel -sólo aparece en dos escenas-, pero vale la pena ver al precio que sea. De las dos en las que hace su aparición, resulta de lo más cómica la segunda (INICIO DE SPOILER Nº 1): Halford, que se encarna a sí mismo como dependiente de un sex-shop, ¡¡hace gala de los huevos suficientes para hacerle insinuaciones indecentes al duro de Rourke!! Desternillante ver al Metal Queen (¿o debería decir Metal Queer?) soltando pluma frente a uno de los tipos duros de Hollywood... (FIN DEL SPOILER Nº 1)

(INICIO DE SPOILER Nº 2) Viendo la escena final, con la poderosa imagen de una caravana saltando por los aires, no he podido evitar acordarme de la portada de 'The Dealer' de Raging Slab, o la foto interior de 'Dare I Say...' de los Hermano de John Garcia (FIN DEL SPOILER Nº 2). Y es que la peli es puro rock'n'roll... Es más, creo que en la cinta hubiese encajado como un guante la presencia de Nashville Pussy. Hubiese sido grande que el barrigudo Blaine hubiese compartido planos con el salvaje Rourke, todo un modelo -en la película- a seguir en cuanto a etiqueta y modales se refiere.

Por lo demás, esta semana he estado sumido en varias bandas sonoras. Una de ellas ha sido ésta, claro está; las otras corresponden a 'Tenacious D and the Pick of Destiny', la última mamarrachada de Jack Black (¿quien fue capaz de soportar sin dormirse 'Nacho Libre'?) y un auténtico canto al metal en tono paródico que cuenta con Ronnie James Dio como estrella invitada , y cuyo soundtrak me ha parecido de lo más descacharrante; y a la marcianada de Tarantino, 'Death Proof', la cual me ha abierto los ojos a gente tan recomendable como Willy DeVille, The Coasters (divertidísima su aportación) y April March.

viernes, 5 de octubre de 2007

Airbourne

Que la fidelidad es un concepto que no tiene cabida en el mundo de la música es un hecho que, en mayor o menor medida, todos hemos experimentado. Y es que, si hace escasamente quince días estaba soltando maravillas por esta boca mía de Supagroup, esta semana aquel amor efímero ha encontrado su relevo en otra banda que rinde tributo, homenaje y pleitesía a los australianos más conocidos del planeta. Demos un aplauso a Airbourne.

Y sí, de acuerdo, habrá quien les achaque que no son más que una copia de AC/DC, pero estos cuatro tipejos lo hacen con tanto estilo y desparpajo que no vale la pena detenerse en esta clase de detalles nimios. Aún así, a los más cabezones decirles que los hermanos O'Keeffe no copian burdamente, si no que toman exclusivamente lo mejor de la banda de los hermanos Young, lo cual -y estaréis de acuerdo conmigo- les exime de cualquier culpa.

Y es que, a pesar de que ya existen unos cuantos clones de los australianos repartidos por todo el globo -Jackyl, Rhino Bucket, Supagroup...-, quién puede resistirse a discos tan rotundos como éste. Un disco -no te quepa duda- no apto para espíritus indies, cuya escucha te mantiene en vilo desde que 'Stand Up For Rock'n'Roll' da el pistoletazo de salida hasta que 'Let's Ride', el último tema, llega a su fin.

Sin salsas ni aditivos, pero rebosante de conservantes, Airbourne son de esas bandas que gustan a los Stones porque no son más que rock'n'roll; puro, simple, pero jodidamente adictivo.
Ah, y deciros que he preferido ahorrarme el esfuerzo de describir tema por tema el contenido de 'Runnin' Wild'. Desde aquí ya os digo que cualquier intento hubiese resultado fútil. Sin más, haceos con el disco y opinad vosotros mismos.