Movido más por una curiosidad morbosa que por un sano interés hacia nuestros protagonistas -Slipknot no son santo de mi devoción, ya lo sabéis-, ayer noche, mientras cenaba, me despaché el documental incluido en 'Voliminal, Inside the Nine', el doble dvd que los de Des Moines editaron hace unos meses. Y bien... ¿qué puedo alegar en mi defensa? Pues que lo que comenzó siendo una sesión audiovisual a velocidad de crucero acabó en una auténtica contrarreloj, con el botón de fast forward echando chispas y mi pulgar completamente sudoroso. ¡Madre de Dios, pero ¿qué es esto?! Ni la peor película de Gus Van Sant (y mira que 'Elephant' trae cola) me despierta tanto sopor, lo juro. Sin un hilo conductor claro, sin una sola pista de audio mínimamente decente, sin ritmo... La verdad es que tras el visionado me replanteé seriamente mi visión de la realidad, en abierta confrontación con la de los redactores de Rock Hard y Popular 1, quienes osaron puntuar semejante despropósito con calificaciones próximas al sobresaliente. ¡Viva la disparidad de criterios, oigan!

En cualquier caso, si algo saco en claro de esta tomadura de pelo, son dos cosas:
1. me niego rotundamente a asistir de forma voluntaria a un show de Slipknot (la experiencia promete ser peor que lo vivido con Green Day)
2. el responsable del aspecto terrorífico de la formación es, nada más y nada menos, que el samurai loco de los efectos de maquillaje, Screamin' Mad George, un viejo conocido para todos los amantes de la cinematografía más excesiva y viscosa, y que en el dvd que nos ocupa asoma su sucia cara en varios planos.
Veredicto final: a evitar si no se es fan hasta la médula.