viernes, 18 de abril de 2008

Byzantine

No se me ocurre mejor forma de retomar la actividad (espero que regular) del blog que hablando de una banda, si no nueva, por lo menos sí lo bastante desconocida por estos lares como para presentarla en sociedad con todos lo honores. Una presentación un tanto sui generis, la verdad sea dicha, dado que, paralelamente al lanzamiento de ´Oblivion Beckons´, su reciente disco editado el pasado febrero, la banda emitió un comunicado haciendo pública su disolución. Un final penoso, sin duda, vista la calidad que atesoran sus álbumes, y que espero que se quede en una decisión precipitada de rápida rectificación. Sé que suena demasiado optimista, pero para sentar jurisprudencia ahí tenemos el ejemplo de los añorados Roadstar (ex-Hurricane Party), quienes hace un par de meses anunciaron su retorno con un nuevo nombre (¡increible, el tercero ya!): Heaven's Basement. Un placer tenerlos de vuelta, desde luego.

Centrándome en Byzantine, os pondré en antecedentes diciendo que mi primera toma de contacto con la banda se produjo, hace dos años más o menos, gracias al foro de Azkena Rock, emplazamiento donde descargué el segundo título de su discografía, un ´… And They Shall Take Up Serpents´ (2005) más contundente que una patada en la boca. Desde entonces, y tras cientos de escuchas, he estado contando los días esperando que su tercer trabajo viera la luz. Y la espera bien ha valido la pena, os lo aseguro. Un disco de confirmación que, a menos que se produzca el milagro y encuentre continuidad, se quedará simplemente en eso, en lo que fue y no pudo ser. Obra de culto, eso sí, desde ya.

Con un sonido sin fisuras, áspero, poderoso, pero cargado de melodías y filigranas a las guitarras, 'Oblivion Beckons' es, como su predecesor, una experiencia muy intensa. Auténtico thrash metal de la vieja escuela (Exodus y Testament están a la cabeza de sus influencias ochenteras) con un sonido plenamente contemporáneo (mucho de Pantera, Machine Head y Anthrax -etapa Bush- hay en su música); un cóctel explosivo capaz de volarte la tapa de los sesos.

Las, hoy por hoy, obligatorias partes vocales melódicas están presentes, en efecto; pero, a diferencia de las habituales vocecillas afeminadas que contaminan la esencia de lo que debería ser una composición de thrash metal, la línea que siguen es la que abrió Burton C. Bell en Fear Factory (por cierto, el último proyecto de este hombre me parece de un aburrimiento y un sopor realmente insorportables). Lo mejor es que sus canciones no se quedan en una serie de afilados riffs y trepidantes ritmos, sino que resultan reconocibles de forma individual; una característica que, por desgracia, no parece muy en boga últimamente en el género, más dado a ofrecer caña-porque-sí que a composiciones bien estructuradas, con elaboradas melodías, desarrollos progresivos y solos llenos de técnica (la influencia de Alex Skolnick se hace casi tangible).

Para que vayáis haciendo boca, y a falta de promoción para su epitafio discográfico, aquí tenéis el clip de uno de los temas estrellas de su anterior disco.



LINK:

http://www.myspace.com/byzantine