Por fin, tras meses de espera, se despeja la incógnita que rodeaba a Dan Nelson, el nuevo fichaje de Anthrax. Hasta el momento conocíamos su nombre, su cara y parte de su pasado (militó en los desconocidos Devilsize, Unbroken, Under Red Sky, Discipline y Crucibal), pero de lo que de verdad nos interesa de él, su capacidad para suplir a dos de los más grandes vocalistas que ha dado el metal, todavía no había evidencias sonoras. Al final, como se suele decir, todo llega; el misterio se ha desvelado y menuda sorpresa ha traido consigo, porque el chaval es todo un portento a las voces. Por descontado, no hará olvidar la etapa de sus antecesores, pero incluso los fans más escépticos (entre los que yo mismo me contaba) reconocerán su valía como frontman y cantante.
Es más, confieso que he vuelto a recuperar la confianza en la banda. Y es que a nadie se le escapa que, meses atrás, los neoyorkinos se encontraban en el punto más bajo de su carrera. Tanto entre sus fans como en la prensa campaba el desconcierto, la desconfianza y el descrédito, y estoy seguro que no han sido pocos quienes, dándoles por perdidos, tomaron la decisión de girarles la espalda definitivamente. No es para menos; las últimas (y arriesgadas) maniobras de Scott Ian y Charlie Benante (despido de John Bush y readmisión de antiguos miembros que poco o nada tenían que ofrecer), además de salirles rana, acabaron con toda su credibilidad. Y es que las argucias que emplearon fueron más propias del semita Gene Simmons que de unos tipos que hace lustros dejaron atrás su etapa de mayor popularidad. Estando así las cosas, a Anthrax sólo les quedaba una salida: jugárselo todo a una sola carta. Afortunadamente, y de la mano del guitarrista Rob Caggiano, han dado con la pieza clave que, a mi juicio, devolverá las aguas a su cauce natural. Para confirmarlo disponemos de una grabación en directo que circula por la Red desde hace unas semanas; un bootleg registrado en Chicago el pasado 28 de mayo que ha supuesto la primera aparición de la banda con Dan Nelson al frente.
Imagino que la grabación ha pasado el filtro de la banda, porque sino no se entiende que la calidad de sonido, sin ser sobresaliente, sea más que digna, o que en el repertorio se incluyan tres nuevos temas (los potentes 'Fight'em Till You Can't', 'Revolution Screams' y 'Vampyres', muy en la línea de sus últimos discos) como avance de su próximo álbum, todavía sin fecha de salida prevista.
Tal como se aprecia en la grabación, el ambiente que reina en el local es de auténtica histeria colectiva, de sincera aceptación hacia el recién llegado. Nelson, por su parte, parece moverse como pez en el agua. Canta con unas pelotas y jalea al público con una seguridad que parece que llevase años ocupando ese puesto. No se puede negar que el chaval no sólo posee buena presencia sino que tiene madera. Su timbre de voz está más cercano al de Bush que al de Belladonna, y tanto en las partes melódicas como en las cañeras da la talla sobradamente. Es más, grita como un poseso sin aparentes esfuerzos, como el Phil Anselmo más cabreado. Se aprecia, además, que el período de adaptación a la nueva situación lo ha llevado a cabo sin traumas. Se le nota muy integrado en el seno de la banda, como uno más. Sólo hay que escucharle vociferando al respetable un 'Who is ready for Anthrax in 2008? We're back, motherfuckers!!!' para darse cuenta de ello. No todo el mérito es suyo, claro; la banda que tiene detrás apoyándole es una auténtica apisonadora, una maquinaria perfectamente engrasada capaz de patearte el culo a la primera de cambio.
Renacidos de sus cenizas, con fuerzas renovadas y savia nueva entre sus filas, Anthrax regresan de forma triunfal. Yo de ti me echaría a un lado, porque parecen dispuestos a comerse todo lo que se les ponga por delante. Avisado estás.