Pataletas a un lado, es el momento de centrarme en 'The Formation of Damnation', el título que marca el regreso discográfico del quinteto tras nueve años de silencio; un silencio que han hecho trizas con un tracklist de los que quitan el hipo. Parafraseando el estilo ampuloso y recargado de la prensa musical: once estallidos de furia metálica, dura, áspera y agresiva directos a tu yugular. ¡Toma ya! Y ríanse ustedes de esa pandilla de jovenzuelos (imberbes a medio hacer con voz pitufada, cero actitud y talento nulo) que nos quieren vender como la nueva ola del Thrash Metal. Yo os digo, aficionados de medio pelo: encerraos en vuestras casas, enchufad vuestras jodidas XBox y dejad paso a los veteranos, que un simple eructo del gran Chuck Billy os quita de enmedio en un periquete.Gira española (Junio 2008):
Domingo 22: Bilbao
Lunes 23: Vigo
Martes 24: Madrid
Miércoles 25: Barcelona
Al margen del tono sarcástico empleado, sendos recopilatorios tienen una diferencia fundamental. Así, mientras los americanos se han limitado a realizar un corta-y-pega (con alguna que otra rareza difícil de localizar -que los fans son gilipollas, pero no tanto-), los compatriotas se han metido en el estudio para regrabar sus frustrados éxitos-que-nunca-lo-fueron, revitalizándolos con una inyección de energía ejemplar que en ocasiones los hace irreconocibles.
El repertorio seleccionado, a excepción de un par de piezas anteriores a su etapa con Locomotive, bebe de 'Sonic' (2000), 'Speed Kings' (2001) y su última referencia, el poco convincente 'United' (2006), sumando una serie de temas nuevos (uno en el cd, dos en la edición de vinilo) que no desentonan en absoluto con el nivel del resto. El resultado obtenido es, pues, de lo más satisfactorio, pudiendo incluso hablar de un nuevo episodio en su abultada discografía; un episodio que no puede faltar en tu estantería si gustas del hard-rock añejo con clase y poderío.
'Paradise Lost' (nada que ver con la banda inglesa de doom) es un díptico de casi cinco horas de duración dividido en dos partes, 'The Child Murders At Robin Hood Hills' (1996) y 'Revelations' (2000), centrado en la investigación de un triple asesinato cometido a principios de los '90 en una pequeña localidad de Arkansas, en la América más profunda que os podáis imaginar. Las víctimas: tres niños de ocho años asesinados de forma brutal en lo que, a ojos de la fiscalía, obedece a un rito satánico; los sentenciados: Damien Echols, Jason Baldwin y Jesse Misskelley, tres metalheads adolescentes -bautizados desde entonces como los Tres de Memphis West- que a día de hoy cumplen sus condenas (dos cadenas perpetuas y una pena capital) por un crimen que no cometieron; o eso se deduce a la vista de este reportaje. La filmación recoge los testimonios de familiares y amigos, agentes del cuerpo policial, forenses, psiquiatras y demás implicados en la investigación y el proceso judicial que se desencadenó, dejando al descubierto una serie de irregularidades alrededor del caso, amén de una ausencia total de evidencias físicas que inculpen a los condenados, que apuntan a la búsqueda desesperada de un chivo expiatorio por parte de las Autoridades.
Convertidos en cabeza de turco, los tres jóvenes (actualmente ya treinteañeros) pronto contaron con una plataforma de apoyo, la denominada
Aunque, para crudeza, la propia realidad, que no es otra que los auténticos autores del crimen siguen en libertad mientras tres inocentes se pudren en la cárcel. América: land of the free, home of the brave... o eso cuentan.
Con un sonido inmejorable, una actitud positiva en todo momento y un repertorio de ensueño (¿qué se puede esperar de un concierto que empieza con 'Sirens' y finaliza con 'Hall Of The Mountain King'?), las casi dos horas se pasaron volando. 