Y es que, a pesar que el año pasado no hallé motivo alguno para conmemorar su defunción, en este 2007 se me antoja obligatorio rendirle un pequeño tributo dedicándole una entrada en el blog. La razón de este gesto dista mucho del hecho de haberme convertido de repente en un seguiror acérrimo del viejo rocker; más bien la razón, doble para ser exactos, pasa por dos circunstancias: primera, mi compañero de piso es un fan a muerte del Rey (entre sus posesiones cuenta con un teléfono que lleva incorporado una action-figure que mueve sus caderas al ritmo de 'Jailhouse House', por lo que no hay día que, al toparme con el simpático chisme, no me acuerde del homenajeado); y, segunda, con la excusa del proyecto de fin de curso de un Ciclo Formativo que me ha tenido ocupado durante parte del período 2006-2007, los últimos meses he estado embarcado en una labor de investigación centrada en Mr. Presley. El resultado: una mini-guía turística destinada a todo aquél que algún día decida seguirle los pasos al hombre que, durante un par de décadas, reinó en el mundo entero desde su trono en Memphis.
Y llegado a este punto, aquí podría dejarlo; pero por esta vez me niego a dar por zanjado mis siempre modestos tributos con unas pocas palabras. En estos momentos me debato entre pinchar 'Elvis la Pelvis', aquella cachonda canción de los valencianos Seguridad Social, o rendirme a la locura de Don Coscarelli y su descacharrante versión del mito, 'Bubba Ho Tep'. Humm, no sé qué hacer... Veré qué tengo más a mano. Otro día os cuento, ¿alright?