El Salman Rushdie del Power Metal Germano
Cuando pienso en Michael Kiske (y juro que eso sólo ocurre cuando en mi iPod suena su última obra) no puedo evitar acordarme de todos aquellos directores y actores de cine americano (demasiados para nombrarlos aquí y ahora) que, valiéndose de una polivalencia inusual para creadores de otras áreas artísticas, alternan con total libertad proyectos puramente alimenticios con obras de carácter más personal. Y lo hacen, además, sin que público ni (parte de la) crítica les reproche nunca nada al respecto. Un privilegio impensable cuando hablamos de música Rock, y más concretamente de Heavy Metal, género en el que proliferan auténticos defensores de la fe dispuestos a alzarse en armas ante cualquier atisbo de impureza.
Alguien que ha sido (y sigue siendo) víctima de este espíritu intransigente es, precisamente, el protagonista de hoy (para los despistados, el ex-vocalista de Helloween en sus años de gloria), quien, debido a sus incursiones musicales en estilos ajenos al Metal y a la denuncia de las restricciones que ese mismo estilo le impone, ha pagado con la incomprensión y el ostracismo en el mejor de los casos, cuando no con el rechazo y el insulto por parte de sus antiguos fans. Sin embargo, y pese a esta persecución, Kiske sigue cultivando a día de hoy su amor por el Metal a través de colaboraciones (Revolution Renaissance, Avantasia) y aventuras paralelas (Place Vendome); maniobras, por otro lado, que, a ojos de sus detractores más incrédulos, tienen poco de veraz y mucho de interés monetario, devaluándose en simples artimañas cuya finalidad es retener a los pocos fans que todavía le apoyan.
Sea como sea, en el presente 2008 Michael Kiske firma un disco, 'Past In Different Ways', para el que, además de incluir una pieza inédita, ha regrabado en clave acústica una decena de temas de sus tiempos con Helloween, y, qué queréis que os diga, suenan de maravilla. Algunos ('Your Turn', 'Longing', 'In The Night'), la verdad, apenas muestran cambios significativos si los comparamos con sus versiones originarias, pero en cambio otros ('We Got The Right', 'I Believe', 'Kids Of The Century', 'Going Home') han experimentado un giro tan drástico que, a veinte años de su concepción, han recuperado toda la frescura que los hiciera célebres.
Sé que puedo sonar como el abogado del diablo, pero decirles a todos esos metal-heads que se la tienen jurada y a todos aquellos que todavía le consideran un don nadie, que presten atención al disco y juzguen por ellos mismos. Y si vuestros prejuicios no os dejan disfrutar la experiencia, cerrad los ojos, haced el esfuerzo de imaginar que detrás de esa voz y esas canciones no está Michael Kiske, y descubrid diez (más una) canciones de muy alto nivel.