Acercarse a un disco con ideas preconcebidas suele saldarse con alguna que otra sorpresa. 'Que si yo pensaba que eran más cañeros', 'a mí es que esta voz a lo Max Cavalera como que no me va', 'que si los solos de guitarra son flojísimos',... Apuesto a que todo el mundo puede contar por decenas sus fallidas primeras tomas de contacto con un disco, ¿verdad? Primeras tomas de contacto que no tienen porque ser determinantes, ojo. Recuerdo la impresión que me causaron, por ejemplo, 'Empire' de Queensrÿche o 'Gutter Ballet' de Savatage, dos obras que en un principio me parecieron estar a años luz de mis gustos pero que a base de escuchas lograron, no sólo convencerme, sino obsesionarme durante años; ayudándome, de paso, a derribar unos cuantos muros de prejuicios.
Este no es el caso de 'Their Rock Is Not Our Rock', que, sin ser un disco discreto, dudo que alcance el estatus de los arriba mencionados. La sorpresa, en esta ocasión, ha venido merced a las dichosas etiquetas, colgadas muchas veces de forma arbitraria cuando los referentes quedan un poco diluidos en el conjunto. Es lo que sucede con Fireball Ministry, tildados de stoners por unos, de biker metaleros por otros, pero que en realidad guardan más parecido con las bandas clásicas que con los sonidos arenosos de Kyuss y allegados. Dicho esto, y despejado el factor sorpresa, añadir que lo suyo es heavy rock del de toda la vida, con apuntes a The Obsessed, St. Vitus y Motörhead, y una voz, la del 'Reverendo' James Rota II, quien rinde tributo en todos los cortes a Gene Simmons y a Ozzy Osbourne.
Fireball Ministry, o tal como se autoproclaman ellos mismos, 'los fundadores de la Primera Iglesia del Rock'n'Roll', han vuelto a contar con la producción de Nick Raskulinecz (quien cuenta en su haber con trabajos para Foo Fighters y Velvet Revolver entre otros) para facturar un disco atemporal, 'ideal para los Auténticos Creyentes del Rock' (siguen siendo palabras suyas, que conste). Tras escuchar repetidamente los 10 temas de este 'Their Rock Is Not Our Rock' (cojonudo título, sin duda, a la altura de la portada) sólo me resta alabar la enorme labor llevada a cabo en el terreno de las melodías, muy oscuras todas ellas, por cierto, y que consiguen dotar de entidad propia cada una de las composiciones. La única pega es que casi todas comparten un tempo muy similar, lo que provoca cierta sensación de linealidad a lo largo de la escucha. Pero ello no es óbice para mover el pie al son de 'It Flies Again' (gran riff a lo Monster Magnet), el single 'Sundown' (un cruce entre Mötley Crüe y Black Sabbath), las excelentes melodías de 'Hellspeak', la memorable 'Spill The Demons', y la más bruta del repertorio, 'Save The Saved'. En definitiva, un disco que gustará más a los fans del 'No More Tears' de Ozzy que a los del 'Sky Valley' de Kyuss.
Como dato anecdótico comentar que el cuarteto afincado en Los Angeles tuvo en sus filas a Janis Tanaka, la japonesita que militó durante una temporada en L7 y de quien guardo un par de entrañables fotografías a su paso por Barcelona. Tanaka ya no está en la banda (abandonó el Rock'n'Roll para enrolarse en el circo de Pink), por lo que un tal Johny Chow, ex-Systematic, ocupa ahora su lugar, lo cual rompe el equilibrio sexual que existía en el seno de la banda (su segundo guitarrista es una mujer, Emily J. Burton); es decir, eran como Abba pero en rockero.
TRACKLIST:
It Flies Again / Sundown / The Broken / In The End / Hellspeak / Two Years / Under The Thunder / Spill The Demons / Rising From The Deep / Save The Saved
LINE UP:
James A. Rota II: Voz y Guitarra / Emily J. Burton: Guitarra / John Oreshnick: Batería / Johny Chow: Bajo
LINK DE INTERÉS:
www.fireballministry.com
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