jueves, 15 de diciembre de 2005

Forty Deuce

Hard Rock De Etiqueta

Después de la fiebre blogeril que sufrí la semana pasada, estos días he vuelto a recuperar mi estado natural de pereza y me he centrado en otra de mis grandes pasiones: la lectura. Este pasado lunes por fin rescaté una adquisición que llevaba un par de años acumulando polvo en la estantería, 'Tim Burton: Cuentos En Sombras', un mamotetro de más de 500 páginas en las que Jordi Sánchez-Navarro repasa con profusión la carrera del director. Una auténtica delicia cargadita de anécdotas, datos curiosos, análisis sesudos e imágenes reveladoras que tendrá como consecuencia directa recuperar gran parte de sus títulos míticos ('Ed Wood', 'Eduardo Manostijeras' y los dos 'Batman' están a la cabeza de mis futuros visionados).

De forma paralela, los cómics, concretamente los protagonizados por Spider-man, también han ocupado mis horas de ocio. En estos momentos tres son las series arácnidas que estoy coleccionando: 'John Romita Classic Spiderman', 'Peter Parker Spiderman' y 'Spiderman' a secas. A esta última me incorporé tarde, por lo que mi ritmo de lectura no sigue el orden de publicación; así, mientras este mes saldrá a la venta el nº 45, yo no he leído más allá del 34. Eso sin tener en cuenta que tengo un vacío de 3 ejemplares (los números 27, 29 y 31) que me ha obligado a dejar colgadas un par de sagas. A ver si en mi próxima visita a Madrid los consigo, porque en las librerías de Barcelona está la cosa complicada.

Hay quien no entiende esta fijación mía por el Trepamuros, pero cuando un personaje rebasa el ámbito de la ficción para convertirse casi en un colega todo adquiere sentido. Llevo desde los 8 años compartiendo mi vida con la de Peter Parker y su alter ego enmascarado y os puedo asegurar que muchas de sus desventuras me han ayudado a afrontar varios trances personales. Aparte de regalarme horas y horas de evasión.

Pero bueno, no vayáis a creer que me he sometido a un régimen musical. Mi dieta rockera se ha visto enriquecida con unos cuantos platos nuevos; unos han sido degustados hasta la saciedad, otros, en cambio, no han sido saboreados como merecen. De estos últimos ya daré buena cuenta la próxima semana, pero de los primeros ofreceré un breve comentario entre hoy y el domingo. Y recalco lo de 'breve', porque si hay algo que me aburre sobremanera es redactar reseñas de discos. Me recuerda aquellos comentarios de texto de obligado cumplimiento en mis tiempos de bachiller, en los que te veías forzado a realizar malabarismos analíticos y a aparcar cualquier atisbo de implicación emocional con la obra. En mi opinión hay ciertas cosas que no merecen ser tan escrupulosamente examinadas, y una de tantas es la música, que se siente o no se siente, así de sencillo. En mis meses como colaborador de cierta revista lo peor siempre venía dado por las dichosas reseñas. Unos datos biográficos por aquí, un repaso somero a su discografía por allá, un despiece del tracklist, comentarios personales,... Una fórmula aburridísima que, sin embargo, y dado su carácter de guía, no puede faltar en ninguna publicación musical.

Entre las novedades que me he pasado por el oido destaca la última entrega discográfica de Richie Kotzen, eterno guitarrista de Poison y Mr. Big mal que le pese, quien, tras su 'Get Up' del año pasado , vuelve a ofrecernos una nueva colección de temas. Pero en esta ocasión lo hace, no como artista en solitario, sino bajo denominación de banda, Forty Deuce.

La banda recaló en nuestro país hace unas semanas para presentar su debut, 'Nothing To Lose', y para ello escogieron una ciudad tan poco habitual para estos menesteres como es Las Palmas de Gran Canaria, donde descargaron durante dos noches consecutivas. Lástima que no se tuviesen en cuenta otras capitales, porque el paso de Kotzen por el escenario de la Sala Mephisto en Barcelona hace más o menos un año se recuerda con cariño (hablo por boca de terceros, dado que no acudí al evento).

Centrándome en 'Nothing To Lose', me parece un disco de hard-rock realmente sólido, muy elegante y perfectamente ejecutado, pero que, hoy por hoy, no es la clase de música que va conmigo. Me explico: los 12 cortes que lo componen se reparten, como es habitual, en temas duros, medios tiempos y baladas; y es en los temas supuestamente duros y directos donde la cosa, a mi gusto, hace aguas. Según he estado leyendo en la Red hay quien les saca parecido con Black Label Society, tanto por la voz de Kotzen (a mí, en cambio, me viene a la cabeza un híbrido entre Chris Cornell y David Coverdale) como por la rudeza del sonido; y es ahí, precisamente, donde discrepo enérgicamente. A excepción del tema 'Oh My God (I Fucked Up Again)' -un diamante en estado puro, sin duda-, el resto de temas más rockeros se quedan a medio gas. Así, como ejemplos, 'I Still' me devuelve a unos Mr. Big un poco más endurecidos, o 'Complicated', que encajaría en los primeros discos de Harem Scarem. En cambio, los temas más reposados casan mejor con mis preferencias; aunque sólo sea porque a mi entender sí reflejan el sonido que la canción requiere. En cualquier caso, perlas delicadas como 'Standing In The Rain', 'Wanted' y 'Nothing To Lose' merecen ser disfrutadas por lo menos una vez antes de abandonar este mundo.


TRACKLIST:

Intro / Oh My God (I Fucked Up Again) / I Still / Start It Up / Complicated / Say / Heaven / Stand Up / Next To Me / Standing In The Rain / Wanted / Nothing To Lose


LINE UP:

Richie Kotzen: Guitarra Y Voz / Taka: Guitarra / Ari: Bajo / Thr3e: Batería


LINKS DE INTERÉS:

www.richiekotzen.com
http://myspace.com/fortydeuce

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