...Ride Free...
Si has chequeado los kioskos o puntos habituales de prensa en las últimas semanas es muy posible que te hayas percatado de la existencia de una nueva revista musical en el mercado. Bueno...nueva, lo que se dice nueva, tampoco es; pero el lavado de cara al que ha sido sometida la cabecera ha sido tan radical que prácticamente podemos hablar de un producto completamente novedoso.Y no lo digo yo -que hasta el momento jamás había hojeado un número de la edición española de Rock Hard, y por tanto carezco de parecer al respecto-, tan sólo me hago eco de las opiniones que me han ido llegando; opiniones de eventuales lectores que, de forma unánime, veían en la publicación franquiciada por Mariano Muniesa un subproducto incapaz de llegar al nivel -ya de por sí lamentable- de un Heavy-Rock, un Metal Hammer o un Kerrang. Vamos, periodismo de altos vuelos. Es más, la de veces que nos hemos cachondeado los colegas hablando del nivel de redacción de la revistita de marras... 'Si te quieres echar unas risas, cómpratela' me decían. Nunca caí en la trampa, claro; me gusta reir pero sin sentirme estafado.
Con esta nueva etapa se acaba la mofa y la burla. Con Richard Royuela al frente del proyecto, la empresa toma visos de seriedad, dejando atrás los días de sonrojo y descojone. La renovación de la plantilla de colaboradores nos trae nombres hasta el momento asociados a la extinta Very Metal y 666 (el suplemento jevimetalero -ahora desaparecido- de Rockzone), lo que garantiza buenos textos y juicios fidedignos; apreciación que se ve reforzada -hay que barrer para casa, amigos- con aportaciones de conocidos de ILoveHardRock, como Xavier Rulló, o quien os escribe (mías son dos fotos que -por error- aparecen invertidas). Pero que mi contribución -del todo casual- no os confunda: seré crítico e imparcial en mi valoración. Y bien, sin ser un debut para echar cohetes el resultado final me ha gustado en su conjunto; lógicamente con cosas a mejorar, y otras a reivindicar. En el apartado de reproches enumeraré la longitud del dossier dedicado a los festivales (10 páginas me parece excesivo), la sección 'Apuesta por...' (o cómo llenar dos planchas con grupos insustanciales) me resulta innecesaria -tampoco son bandas tan desconocidas-, y, por último, la sensación de 'vacío' que desprenden ciertas páginas (las de noticias, por ejemplo, me parecen un poco desaprovechadas). En cuanto a los aciertos: el sistema de iconos utilizado en la sección de reseñas (que permite catalogar fácilmente a las bandas), detalles como incluir la discografía completa de cada uno de los grupos entrevistados, además de un pequeño sub-apartado -'¿Sabías qué?'- en el que se ofrecen datos curiosos, el precio (3 euros y medio es un importe a pagar de lo más razonable -que cunda el ejemplo-), y el encarte interior de 16 páginas dedicado al rock nacional, certeramente titulado 'Rock Duro', y que ofrece toda la actualidad del panorama hispano.
En cuanto a los contenidos, pocas sorpresas: Iron Maiden , Mötorhead, Blind Guardian, Dream Theater, Buckcherry... sin dar de lado ni a la segunda división (Metal Church, Fair Warning) ni a la tercera (Skinless, Setherial). Otra historia es la portada... Cuando la lógica -y me refiero a la mercantil- hubiese impuesto a Steve Harris & Co., ellos se descuelgan con el vikingo Zakk Wylde. Una apuesta de riesgo para algunos que, sin embargo, y gracias a que Black Label Society parecen haber afianzado su posición en el sector metálico, no es nada descabellada. A ver con qué nos sorprenden el próximo mes.
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