Desde que hace un par de años reapareciesen por la puerta grande con 'Hardcore Superstar' (2005), estos suecos han dado un vuelco de 360º a su carrera. No por nada su disco homónimo puede considerarse -sin miedo a equivocarse- como el mejor trabajo de su discografía. Ahora, justo dos temporadas después, su sexta obra llega a las calles, demostrando que sus armas siguen igual de bien engrasadas: riffs demoledores, una base rítmica que golpea como un martillo contra un yunque, y una colección de estribillos en forma de bombas-lapa capaces de reventarte los oidos a la primera de cambio. Pero, tal como sucede en las secuelas de los shoot'em up más aguerridos, el arsenal disponible se ha ampliado con unas cuantas cajas de munición metálica, lo cual ha provocado un endurecimiento considerable de su sonido. Joder, como esta escalada armamentística continúe en próximos discos, no es descabellado pensar que en unos años practiquen un thrash metal de pinceladas sleze.
Dicho esto, que nadie busque baladas o medios tiempos en 'Dreamin' in a Casket' (2007), porque lo tiene bastante crudo. Estos tipos van a todo o nada, y no toman prisioneros. Quién hubiese imaginado que con las endebles credenciales que HS arrastraban, con discos que, en el mejor de los casos, no pasaban de correctos, los suecos se hayan convertido con el tiempo en una de las pocas bandas escandinavas que todavía tienen algo digno que decir. Y a los casos de Backyard Babies y Turbonegro me remito (el 'Retox' de los noruegos me parece lamentable). Pero la realidad es ésta: Hardcore Superstar se han convertido en unos auténticos supervivientes de su generación. Y todavía son jóvenes, así que, si el destino no les juega una mala pasada, tenemos buena música garantizada durante muchos, muchos años.
De aquí a unos días les tenemos de gira por nuestro país junto a Crashdiet. Estoy convencido que escenario que pisen, escenario que van a arrasar, pero el menda se va a quedar sin verles a su paso por Barcelona. C'est la vie. Tendré que conformarme con repasar su nueva docena de hits potenciales, de los que, si ya resulta complicado tener que descartar alguno, escoger tres como favoritos supone una auténtica misión imposible. Y eso que, admito, me costó un güevo entrar en harina. Así que, si habéis leido alguna crítica negativa en los medios acusándoles de haberse apresurado con el lanzamiento de este nuevo disco, vosotros oidos sordos. Uno de los Grandes de 2007.