lunes, 17 de diciembre de 2007

Overkill

Don't Give a Fuck (You)

No os voy a engañar: hace unos cuantos años que los de Jersey dejaron de colmarme de felicidad con cada nuevo lanzamiento. A mi gusto, y prescindiendo de su trilogía básica ('Taking Over', 'The Years of Decay' y 'Horrorscope', tres obras maestras del power/thrash metal de los 80's), sus últimos discos merecedores del notable fueron 'W.F.O.' (1994) y 'Necroshine' (1999). Lógicamente, según mi criterio, el resto de su reciente discografía está por debajo de esa cualificación, con lo cual, de todos esos discos sólo rescataría un puñado de canciones; las demás: pura y llana medianía. Y me pueden cantar misa en algunas revistas del medio; yo sigo en mis trece: D.D. Verni y los suyos andan de capa caída desde hace lustros. Con mucho, podríamos estar de acuerdo en que cualquiera de sus últimos trabajos supera a aquella mediocridad titulada 'I Hear Black' (1993), pero poco más, porque resulta indiscutible que, a pesar de la fuerza y la contundencia que desprende su material más cercano en el tiempo, Overkill han perdido en parte la facultad de escribir canciones que se te queden clavadas en el cerebro. Qué queréis que os diga, a mí es que cada vez me cuesta más encontrar himnos que se aproximen a los ya lejanos 'I Hate', 'Hammerhead', 'E.vil N.ever D.ies' y tantísimos otros...

En lo que sí estamos completamente conformes es en su capacidad para llenar un escenario y ofrecer un buen recital metálico. Ahí, amigos, pocos les pueden hacer sombra. Todavía recuerdo el buen sabor de boca que dejaron hace unos años en Barcelona en un doble cartel junto a Annihilator... Tremendos. Jamás una batería me ha golpeado tan fuerte el esternón como aquella noche. Aunque el hecho que llevo grabado a fuego en la memoria fue mi contacto –a codazo limpio- con un par de impresentables en la primera fila. ¡Madre mía! O su amor por el vocalista Bobby 'Blitz' Ellsworth rayaba en lo sexual, o los efectos de las drogas les hicieron creer que estaban ante un ídolo religioso. Cuánta devoción, por Dio. Todo el puto concierto alargando los brazos desesperadamente, intentando tocar una parte de su sagrado cuerpo... No deja de sorprenderme que el bueno de Bobby aguantase el chaparrón con un entereza digna de elogio, porque, si de mí hubiese dependido, aquellos dos imbéciles se hubiesen llevado una buena patada en los hocicos.

Volviendo al presente, y haciéndome eco de los últimos pasos de Overkill, hace un par de días cayó en mis manos el dvd que acompaña a la edición especial de 'Immortalis', su decimoquinto -¡decimoquinto!- lanzamiento de estudio. De las nuevas composiciones no tengo más que añadir a lo escrito en el primer párrafo; sólo me detendré un instante en recordar que 'Room Full of Sinners' (2007), el disco firmado por el proyecto paralelo de Bobby Ellsworth, The Cursed, me ha parecido mucho más entretenido, inquieto y refrescante que aquél. Y eso que los parámetros musicales por los que se mueven The Cursed son cualquier cosa menos un ejemplo de modernidad, más bien todo lo contrario; recurren al hard-rock clásico en detrimento del power, pero incorporan elementos que jamás soñaríamos en su banda madre: saxos, reminiscencias jazzísticas, susurros,... Una auténtica bocanada de aire fresco al estancamiento que padecen Overkill.

Centrándome de una vez en el dvd del que os hablaba, éste recoge la actuación que ofrecieron nuestros protagonistas en la pasada edición del germano Wacken Open Air Festival. Y si bien la posición que ocuparon en el cartel les obligó a diseñar un escueto set-list formado únicamente por 10 temas, los apenas 50 minutos de duración poseen más garra, sudor y entrega que el 80% de los conciertos que tenemos ocasión de ver normalmente. Echando un vistazo al set ('Rotten to the Core', 'Elimination', 'Necroshine', 'Thanx for Nothin', 'In Union We Stand', 'Wrecking Crew', 'Old School', 'Fuck You' y un par de cortes de su nuevo álbum, 'Skull And Bones' y 'Walk Through Fire' -a mi juicio, de lo poco rescatable de 'Immortalis'-) sólo me vienen a la cabeza los calificativos demoledor y aplastante; impresiones que durante el visionado de la filmación se cumplen con creces. Es increíble que estos cinco tipos, bien entrados en los cuarenta, salten a las tablas con la fiereza de la que nos hacen testigos. Sin ofrecer ni un segundo de tregua o respiro salen a matar, dejándose la piel y de paso regalándonos un auténtico chute de adrenalina en vena. Han pasado cuatro años desde la edición de su anterior dvd, aquel rabioso 'Wrecking Everything: An Evening in Asbury Park', y realmente resulta reconfortante comprobar que, por fortuna, todavía mantienen indemne su entrega sobre el escenario.

Una recomendación: si, como a mí, el nuevo material de la banda no consigue ponértela morcillona y, por tanto, la compra de 'Immortalis' no te supone un aliciente, con su edición especial (con el dvd como goloso bonus extra) no hay excusa que valga. Además, según se puede leer en algunas webs, en breve editarán el concierto por separado (¿tal vez incluyendo documentales y clips? ojalá), así que esta edición limitada de 'Immortalis' es una buena opción a considerar ahora que se acercan las Navidades. Si alguna vez te gustaron Overkill yo no lo dejaría pasar.