No sé qué bicho me ha picado, pero en las últimas semanas he comprado tal cantidad de libros que creo haber agotado mi presupuesto anual para lectura. Lo curioso es que hace unos meses me quejaba aquí de la paupérrima situación que se vive en España en materia de libros rockeros, y de repente la situación ha cambiado por completo. Tampoco es que haya habido una avalancha masiva de títulos, no voy a exagerar mi entusiasmo, pero todo parece indicar que hay motivos para mostrarse optimista al respecto y que en el futuro nos aguardan unas cuantas sorpresas. Así, en estos últimos meses han visto la luz las traducciones de dos de las biografías autorizadas más escabrosas jamás escritas (la de Little Richard y la de Mötley Crüe), la reedición ampliada del imprescindible 'Por Favor, Mátame', el que -dicen- es el libro definitivo de AC/DC, y un par de jugosos tomos -redactados por sendos autores nacionales- de dos bandas que, al menos en español, no disponían de antecedentes literarios.
De todos ellos acabaré escribiendo mis impresiones una vez les haya hincado el diente; hoy, para variar, daré cuenta de un libro que ya tiene sus años, pero que no había tenido oportunidad de agenciarme hasta ahora. Su título: 'Thin Lizzy. La Leyenda del Rock Irlandés' (2001).
