De las dos ediciones que tuvieron lugar en el recinto ferial IFENCA de Jerez de la Frontera tan sólo asistí a la segunda, la de 2003, y os juro que aquello me acompañará hasta que me vaya a la tumba. Tres jornadas de Rock'n'Roll-non-stop al aire libre, un emplazamiento idílico, un plantel de bandas que -gustos personales al margen- cumplieron sobradamente en su mayoría, el sol brillando sobre nuestras cabezas,... Gratos momentos, sin duda.
Después de tanto tiempo me cuesta poner orden a los recuerdos -tengo la memoria más perjudicada que la de Stan Lee-, pero todavía conservo con claridad muchas imágenes en la retina: los taconazos sobre las tablas de Norah Findley de Sin City Six, la impactante presencia de Dee Snider, la no menos shocking de David Roach -botella de vino en mano-, los miembros de Savoy Truffle paseando entre el público el día después de su show, los dos kits de batería de The Cherry Valence, el espectador borrachín ataviado con tejanos ultracortos que no paraba de bailar aferrado a un vaso de cerveza, la camisa con motivos KISS del voceras de Nine Pound Hammer, el desparpajo de Mötochrist (¡Dios, cómo molan Marc Diamond y Danny Nordahl!), las caras de felicidad de todos los asistentes al acabar cada actuación,... Y lo dejo aquí para no aburrir, pero realmente el Z fue de de ensueño; la clase de festival que cualquier aficionado al Rock'n'Roll de este país pedía a gritos.
Lógicamente, no todas las bandas que participaron me convencieron. Es más, hubo un día en concreto -el último- que resultó bastante decepcionante: The Hydromatics y The Hellacopters estuvieron flojos, y los cacareados Radio Birdman me aburrieron hasta la extenuación. Aunque poco importaba. El día anterior habíamos sido testigos de las descargas de Twisted Sister y Junkyard y eso bastaba para pasar por alto todos los minutos posteriores de aburrimiento. Y sí, ya sé que ha corrido mucha tinta alabando estos dos conciertos, que se les ha elevado a la categoría de míticos, pero es que realmente fueron históricos; lo prometo.
Por desgracia, mi felicidad no pudo ser plena. Y es que, a diferencia de otros muchos que sí vieron cumplido uno de sus sueños, me quedé sin camiseta de Junkyard. Es curioso, pero de todos los modelos de t-shirt que desfilaron por el stand de merchandising aquellos tres días, sólo quedé prendado de la de estos outlaws angelinos. La camiseta no era nada del otro jueves, todo hay que decirlo, pero el diseño formado por el as de picas blanco y la fecha española impresa sobre fondo negro me pareció demasiado. Lástima que cuando me decidí a hacerme con una ya no quedaban de mi talla. Si es que a veces la vida apesta... Sniff... De lo que sí compré una copia fue de su EP 'Tried and True', una pieza de coleccionista que -sin estar a la altura de sus obras de estudio- ofrece unos cuantos minutos de diversión (¿tendrá continuidad algún día? nunca se sabe...). También compré un par de cd's de Iron Boss, otros dos de Mötochrist (¿he dicho lo bien que me caen estos tíos?), una maqueta de Schizophenic Spacers, el avance de 'Your Lips... My Ass!' de TxT (con una presentación similar a la de un cd pirata, pero cuyo contenido -digan lo que digan- sigue pareciéndome una bomba nuclear), y por la patilla arramblé unas cuantas pegatinas para decorar la carpeta.
En definitiva, una experiencia memorable. Lástima que al final se cayesen del cartel los anunciados Rock City Angels, de quienes, a pesar de no gustarme demasiado su aclamado 'Young Man's Blues', tenía ganas de verificar en primera persona todo lo que se ha escrito acerca de su, al parecer, explosivo directo (aquél que les colocaba a la altura de los mismísimos Guns N'Roses allá por 1986). Aunque, para decepciones, la que nos caería encima al año siguiente.
El caso es que, ante el reciente éxito cosechado, los organizadores del festival se ponen las pilas sin dilación, y anuncian una nueva edición para marzo de 2004. Pasan los meses, la organización no hace públicos sus avances, pero, habiéndose adelantado algún que otro pago (a los sureños Molly Hatchet) la falta de apoyo de algunas instituciones obliga a posponer el evento hasta verano, concretamente al 27 y 28 de agosto.
El aplazamiento no detiene la marcha del festival. Poco a poco se van filtrando nombres, hasta que, en mayo, ya se tiene configurado un primer cartel de lo más apetitoso. Como cabezas de cartel: Slade y ¡Zodiac Mindwarp and The Love Reaction! ¿Os lo imagináis? Poder berrear los estribillos de 'Prime Mover', 'Skull Park Joker' o cualquiera de los cañonazos que conforman el majestuoso 'Tattooed Beat Messiah'... Resulta del todo imposible que no se me nuble la vista con sólo pensarlo. Tampoco desmerece el contar con la presencia de Mother Superior, American Dog, Odin Orange (un proyecto formado por miembros de Raging Slab y Backdraft), Tricky Woo, Orquesta del Desierto, los propios Raging Slab, Adler's Appetite, y unas cuantas de las mejores bandas nacionales del momento: Sol Lagarto, Smoking Bird y Maggot Brain.
En la recta final las noticias se suceden mes a mes, sumando nuevas incorporaciones y alguna que otra caída del cartel. En junio se vienen abajo Adler's Appetite y Orquesta del Desierto, al parecer por incompatibilidad en sus calendarios, siendo reemplazados por Nashville Pussy, garantía de una hora excitante, y otra formación autóctona, Tea.
En julio dos nuevas bandas dan forma definitiva a un cartel que promete el cielo y el infierno: Firebird y Supersuckers. Cruzo los dedos para que el Serie Z 2004 llegue a buen puerto; algunos de esos conciertos pueden marcar un antes y un después en mi vida.
Pero, a medida que el tiempo acorta la distancia hasta el inicio del evento, además de cambios en el programa, también sufre variaciones la sede del festival. Así, el escenario se traslada del recinto IFENCA a la Casa de la Cultura, un emplazamiento mucho más pequeño que cuenta con capacidad para unas 700 personas. La limitación del aforo acelera la venta de tickets. Todo parece ir sobre ruedas. Entonces...
Entonces todo se va a tomar por culo. A quince días de su celebración, sin motivo aparente, el evento se suspende. La cancelación (cómo no) nos deja a cuadros. Según las fuentes oficiales la acogida por parte del público estaba siendo buena, así que todos nos preguntamos ¿qué demonios ha pasado? A los pocos días, Juan José Cacheda, director de la organización, sale a la palestra con un comunicado: motivos económicos y políticos han forzado el cese del festival. Para acabar de finiquitar la faena, el siguiente párrafo borra de un plumazo las esperanzas de una cita a corto plazo: "nuestra situación financiera es prácticamente la quiebra y, para rematar lo ya asesinado, la última decisión municipal es la de retirarnos la mínima cuantía de subvención verbalmente aprobada por, dícese, problemas presupuestarios". Incomprensible.
Y ésta es la historia, amigos. Quien sabe, lo mismo dentro de unos años alguien se vuelve a liar la manta a la cabeza y organiza un festival de las mismas características... Mientras tanto, permitidme fantasear:
Verano de 2008, recinto ferial de (ciudad X). ¡El Serie Z strikes back! Nos esperan tres jornadas de música, sol y buenas vibraciones. La lista de actuaciones es para morirse de gusto: Amon Ra, Rock City Morgue, Green Manalishi, Richard Cheese, Rockzilla, Buckcherry, Airbourne, Eddie Spaghetti, Sugar Mountain, Tesla, Supagroup, Ron Vudu, Jackyl, The Punishers, Beatallica, Reverend Horton Heat y Great White. Lo sé, he muerto y estoy en el paraíso. Pero soñar es gratis, ¿no?