BC's in the house, you know motherfucker
Vista la (nula) repercusión que provocó en las revistas rockeras de nuestro país parece mentira que Body Count publicasen un nuevo disco el pasado año, pero desde este blog doy fe de ello: el alumbramiento del cuarto retoño discográfico de Ice Muthafucking T y los suyos tuvo lugar a mediados de 2006, un 'Murder For Hire' bastante discreto -por no llamarlo malo- que, como mínimo, merecía una de esas entrevistas repletas de 'shits', 'bitches' y 'motherfuckings' a las que hace años nos acostumbramos. Y es que resulta increíble que, mientras en los 90's esta panda de negros acapararon más páginas en Popular 1 que las que años más tarde sumó Texas Terri, actualmente no se les dedique ni una sola línea. Quien sabe, tal vez el final de un idilio entre el Original Gangsta y algún redactor de la revista sea la causa de este silencio periodístico (y al caso de TxT me remito)...
Coñas aparte, si bien la discografía de BC -a excepción de su impresionante debut homónimo- no es precisamente para tirar cohetes, el revuelo que causaron en sus primeros tiempos justifica que quince años después se les muestre un poco más de respeto. Porque me río yo que al hablarse de los Stooges salga a relucir la palabra 'peligro'. ¿Peligro? De acuerdo, no soy de los que apoyan la automutilación como un ejercicio saludable, pero esas prácticas también las llevan a cabo los fakires y nadie se lleva las manos a la cabeza, coño. En cambio, si hablamos de Body Count y de peligro ahí sí veo la conexión, maldita sea. Y vale, en el pasado MC5 tocaron lo suyo los cojones a las autoridades gubernamentales, pero decidme una banda fichada por una multinacional que haya sido acusada de incitar al asesinato de policías, de instigar una revuelta racial (la que tuvo lugar en Los Angeles en 1992), de difundir mensajes obscenos, de poner en tela de juicio el american way of life y su puta madre... Pocas, ¿verdad? Lo dicho: no ha habido una banda de rock capaz de provocar tanto pánico, rechazo y diarrea entre las altas esferas como Body Count. Lógicamente, tanta difusión de amor había de pagar un precio. Al igual que Suicidal Tendencies y muchas otras bandas, BC fueron el blanco de campañas persecutorias de alguna que otra agencia gubernamental, tan dedicadas ellas a mantener por la fuerza el status quo entre sus conciudadanos. Así, el FBI les pisó los talones durante una temporada, mientras que el dichoso PMRC los tuvo en su punto de mira desde que el single 'Cop Killer' viera la luz. En su contra, pero, no hay que olvidar su participación en un festival pro-abertzale que tuvo lugar hace unos años en el País Vasco. Lo peor de todo es que durante su actuación el papanatas de Ice T tuvo los santos cojones de lanzar proclamas políticas desde el escenario; un gesto que muchos de sus fans españoles no le han perdonado todavía y que, sin querer ejercer de abogado del diablo, bien tuvo que ser fruto de un malentendido o de un engaño por parte de su mánager. Sea así o no, tiempo después, en una entrevista realizada por Jordi Meya, se le preguntó al rapero por este asunto y la implicación política de ese festival con la banda armada ETA, a lo que el muy cabrón se salió por la tangente alegando que él no estaba al corriente de la existencia de ningún grupo terrorista, y que a su banda tan sólo le interesaba tocar ante cualquiera que quisiera verles. Di que sí, Ice, a eso se le llama diplomacia.
Y hablando de público... ¡Menuda audiencia arrastraba Body Count! Auténtica carne de cañón salida directamente del ghetto más peligroso, del lumpen más conflictivo. Una fauna que reunía a miembros de gangs, ex-presidiarios y matones a partes iguales. Para corroborar este dato, tengo en mi poder un video registrado por un fan de uno de sus shows y, madre mía, jamás he visto a una audiencia tan chunga como la que allí aparece. A la altura del betún dejan a todos aquellos palurdos que acudían a las ceremonias metálicas de los 80 y principios de los 90 en nuestro país. Aunque, visto su último dvd, 'Live in L.A.' (2005) -registrado en el mítico Trobadour angelino-, todo ese aura de peligrosidad queda diluido ante un público, aunque entregado, mucho menos intimidante. Incluso Ice-T se permite la osadía de tomarle el pelo a un chaval de las primeras filas, una maniobra que le hubiese salido cara en la grabación de la que os hablaba.
Aunque, si de salir malparados hablamos, tres han sido los componentes de Body Count que han pasado a mejor vida desde que se dieron a conocer. Como Lynyrd Skynyrd, vaya, pero en negro. Aunque, a diferencia de los sureños, los de Ice T no murieron todos a la vez, sino uno detrás de otro. El primero en caer fue el batería Beatmaster V, recién grabado su tercer disco, 'Violent Demise' (1997). Causa oficial del fallecimiento: leucemia. El siguiente, en febrero de 2001, aunque éste ya no formaba parte de BC, fue el bajista Lloyd 'Mooseman' Roberts, quien por entonces militaba en los Trolls, la banda de acompañamiento de Iggy Pop, e incluso escribió varios temas del álbum 'Beat'em Up' (a él está dedicado el disco, además). Causa oficial del fallecimiento: diversos impactos de bala. El último, a finales de 2004, fue el guitarra rítmica D-Roc, dejando a Ice T y a Ernie C como los dos únicos miembros formadores de la banda en activo. Causa oficial del fallecimiento: tumor linfático.
Y con este 'recuento de cuerpos' (BC en inglés) lo dejamos. La segunda parte la próxima semana.