Ahora bien, si hay una lista difícil de eludir, por encima de la de la compra de detergente, cerveza y papel del WC, es la que elaboran anualmente las principales revistas del gremio con los mejores discos del año. Y sí, podremos estar de acuerdo o no con los galardonados, el orden en el que se han dispuesto, o la idoneidad de la inclusión o exclusión de tal o cual obra, pero quien más y quien menos -siempre que se disponga de un colega de charlas musicales- tarde o temprano convertirá la dichosa lista en tema de conversación, dando lugar a comentarios del tipo 'la lista de este redactor siempre es muy parecida a la de este otro', 'este menda siempre vota a los Hanoi aunque el disco sea una mierda', '¿cómo dejan votar a este idiota?',... Apreciaciones, en definitiva, cargadas de mayor o menor objetividad según el individuo que las pronuncie.
Pero los acontecimientos toman un cariz distinto cuando, a la luz de datos contrastados, se pone en evidencia que, en ocasiones, nos quieren dar gato por liebre. Y eso, precisamente, es lo que nos han querido colar en la versión nacional de la revista Rock Hard; para ser más exactos, en sus números de enero y febrero. Así, mientras en el primero se hizo pública la lista de favoritos de la redacción, en el siguiente se desglosaron las preferencias de cada uno de sus treinta colaboradores. Pero, gracias a que estoy en paro y dispongo de las 24 horas del día para tomarme en serio las más absurdas trivialidades, he descubierto que el ránking aparecido en el número de enero tergiversa por completo el resultado de las votaciones individuales, habiéndose confeccionado según criterios que poco o nada tienen que ver con el cómputo normal de votos. Por ello, lectores ociosos y/o desocupados, emprendamos juntos la más firme de las cruzadas con el objetivo de poner fin a tanta injusticia y difamación, y pongamos de una vez por todas, en aras de la verdad, las cosas en su sitio.
Permitidme que os refresque la memoria con el Top 10 que estos desalmados publicaron inicialmente:
1. Machine Head 'The Blackening'
2. Municipal Waste 'The Art of Partying'
3. Dimmu Borgir 'In Sorte Diaboli'
4. 3 inches of blood 'Fire Up The Blades'
5. Arch Enemy 'Rise Of The Tyrant'
6. As I Lay dying 'An Ocean Between Us'
7. Primordial 'To The Nameless Dead'
8. Down 'III: Over The Under'
9. Avenged Sevenfold 'Avenged Sevenfold'
10. Mayhem 'Ordo Ad Chao'
Hasta aquí todo bien. Podrán haber tantas disconformidades como gustos particulares existan, pero (supuestamente) tan sólo estamos ante la valoración global de la publicación. El problema es que, si se realiza un recuento pormenorizado de los votos, veremos que la adjudicación de las plazas se ha llevado a cabo, sino de forma arbitraria, sí con un objetivo difícil de desentrañar. De esta forma, discos que han obtenido dos papeletas (Municipal Waste, Dimmu Borgir y Primordial), o incluso sólo una (As I Lay Dying y Mayhem), sí han logrado copar las diez primeras posiciones, mientras otros, caso de Dark Tranquillity y Neurosis, que han contado con el apoyo de hasta tres redactores, han sido -inexplicablemente- excluidos de los principales puestos. Otros títulos, en cambio, en un acto de benevolencia, únicamente han visto minorada su valoración perdiendo varias posiciones en la clasificación; como ha sido el caso de Down, Arch Enemy y Avenged Sevenfold.
Pero estas irregularidades no son las que más afectan a la lista; el mayor agravio lo han sufrido los discos firmados por Megadeth y High On Fire, dos de los mejor valorados por la plantilla de redactores ('United Abominations' suma seis votos mientras 'Death Is This Communion' reune un total de cinco), pero que, sin embargo, han sido relegados a la categoría de discos 'no tan imprescindibles'.
Visto lo visto, y sin necesidad de entrar en más detalles, el listado de los 10 discos favoritos del año debería haber sido el siguiente:
1. Machine Head 'The Blackening'
2. Megadeth 'United Abominations'
3. Arch enemy 'Rise Of The Tyrant'
4. High on Fire 'Death Is This Communion'
5. Down 'III: Over The Under'
6. Avenged Sevenfold 'Avenged Sevenfold'
7. Neurosis 'Given To The Rising'
8. 3 inches of blood 'Fire Up The Blades'
9. Dark Tranquility 'Fiction'
10. Nightwish 'Dark Passion Play'
A partir de todo este desaguisado cabría preguntarse las razones de semejante sinsentido, por lo que he aquí mis conclusiones:
a) alguien ha pensado que, colocando en el ránking principal el nombre de las bandas por las cuales la revista ha apostado más firmemente, se otorgaría cierta noción de coherencia a dichas apuestas.
b) alguien se ha pasado por el forro los principios democráticos que debería prevalecer en cualquier sistema electoral y ha colado en el Hit Parade los discos que le ha dado la gana (discos, además, que no han cosechado demasiada aceptación entre el resto del staff).
c) alguien ha pensado que alterando el orden interno de la lista se introducía una relativa diversidad (y digo relativa porque, con los datos en la mano, salta a la vista que prácticamente los 10 nombres que copan la lista pertenecen -en distintas vertientes, por supuesto- al sector más extremo del metal). Puestos a introducir un elemento de variedad, digo yo, ¿porqué no colocar alguna banda más hard rockera (Hanoi Rocks, por ejemplo) o más melódica (caso de Nighttingale)?
d) alguien no ha pensado y punto.
Y dicho esto, ¿qué credibilidad tiene esta lista? A mi parecer, ninguna, cero patatero. ¿Qué sentido tiene, por lo tanto, tanto análisis, tanto comicio y tanta leche? Pues supongo que llenar páginas y más páginas (un total de nueve desperdiciaron en el número de enero y otras cuatro en el de febrero), y que nosotros paguemos por ellas. Así de simple.