La verdad es que nunca le encontré la gracia a 'The Osbournes'. No sólo porque el formato propio de los reality me repatea la tripa, sino porque, si ya me parece triste ver a Halford inclinándose en sus conciertos como un abuelete con bastón con el fin de alcanzar las notas más altas, imaginaros lo que me supone contemplar al creador del baile de la rana pasearse por su mansión con los ademanes de Noel Gallagher, arrastrando los pies, cabizbajo y balbuceando gilipolleces... Aunque, pensándolo bien, si a él no le supone un problema convertirse en un hazmerreir a cambio de una bonita suma de dinero, no sé entonces dónde está la ofensa; cada cual es libre de vender su culo al mejor postor. Sin embargo, y a pesar de que entiendo que quien desconociese la obra de Ozzy se echase unas risas a su costa, para quienes respetamos su carrera como músico verle convertido en un bufón en esa autoparodia televisiva nos sienta como un puñetazo en el orgullo rockero. Es una sensación -salvando las distancias- similar a la que se experimenta viendo este sex-tape de Gene Simmons, el Doctor Love por excelencia, echando un polvo desganado, carente de brío, y con camiseta, pantalones y peluca puestos. De lo más esperpéntico.
A pesar de que tanto crítica como aficionados no suelen recibir con los brazos abiertos las sexplotations que inspiran este tipo de escándalos, es muy posible que, a raíz de esta filmación, algún avispado productor de cine triple X ponga en marcha un título (se me ocurre 'Family Jiggles') basado en el licencioso tropiezo del God of Thunder, por lo que sólo le pido a los responsables que, como mínimo, hagan algo un poco más digno que 'Los Ozporns', endeble y fláccida -por no llamarla morcillona- adaptación porno de la teleserie protagonizada por el Madman y su clan.
Producida por VCA Video hace ahora seis años, y dirigida por el todoterreno Antonio Passolini, 'Los Ozporns' es una (supuesta) comedia hardcore centrada en Izzy, una estrella del rock estreñida ('Soy el Príncipe de las Tinieblas y no estoy dispuesto que me metan nada por el culo" dice en una escena, a lo que su hija le responde: "Papá, una vez te metiste un micrófono"), disléxica y algo desmemoriada ante tantos años de abusos con las drogas, y su particular familia.
Lo diálogos, como habeis podido comprobar, están a la altura de la serie original, es decir, de lo más subnormales, aunque debo reconocer que el guión cuenta con algún que otro guiño gracioso, como cuando Izzy asegura que sus vástagos no son suyos, sino producto del affair que mantuvo su mujer, Cherry, con uno de los enanos que llevaba en una de sus giras. A pesar de ello, 'Los Ozporns' es, a todas luces, una cinta prescindible a más no poder. ¡¡Si incluso aparecen rapperos!!
Según mi cuñada (¡saludos, Mada!) el porno es la ciencia-ficción del sexo; y sí, en términos generales razón no le falta, pero en ocasiones el porno también es un fiel reflejo de la realidad que nos rodea. Buen ejemplo de ello es que, en el film que nos ocupa, el hijo de Izzy tiene la misma cara de gilipollas que el auténtico retoño de Ozzy.
Aunque, para caras, la que luce el actor Kyle Stone; un careto del que, incluso, se mofa el propio Izzy ('¿Me estás diciendo que este tío con cara de leñador irlandés es actor porno?' le espeta en pleno rostro).
Y si bien el palurdo de Stone es todo un adefesio, Izzy tampoco se queda atrás. Bueno, más bien el actor que lo interpreta, un pellejudo Barry Woods -parapetado para la ocasión tras un seudónimo tan apropiado como ¡¡Baz!! (os juro que yo no tengo nada que ver con este engendro)- quien luce de los más viejuno a sus 52 años.
El rodaje de una peli porno en la mansión de Izzy, además de proponer uno de esos extraños juegos de muñecas rusas (ya sabéis, el cine dentro del cine y esos rollos metalingüísticos que tanto gusta en el 'Dirigido por'), es la excusa para que actrices y actores de tercera regional desfilen ante nuestras narices interpretándose a sí mismos. Los más reconocibles son una chica llamada Chloe, y, como ya se ha visto, el desgraciado de Kyle, a quien no se le ocurre otra cosa que intentar impartir lecciones de mete-saca con una penosa erección que no se mantiene ni a la de tres. ¡¡Madre de Dios, menudo reparto!!
Al parecer la cinta cuenta con una secuela inédita en nuestro país, 'The Ozporns go to hell'(2003), que, por lo que se cuenta en algunos foros de internet, es todavía más infumable.
No hagais caso de las chavalas de la carátula: esto no da ni para unas pajillas.