The Cardigans Meet Black Sabbath

A menos que se trate de una tribute band, no es muy corriente que una formación registre más de dos o tres covers de una misma banda. Vale, sí, tenemos el caso de Great White, que grabaron un disco entero versioneando temas de Led Zeppelin, o a Metallica, que han hecho multimillonarios a Misfits, Motorhead y Diamond Head a base de revisitar sus temas más emblemáticos; pero si ya resulta poco frecuente que se dé esta situación entre bandas rockeras, más inusual es que una formación, en apariencia ajena estilísticamente a los parámetros del Rock más pesado, homenajee en repetidas ocasiones a los que son por definición los Popes del Heavy Metal.

The Cardigans, en ese sentido, es una banda poco usual, un caso aislado dentro del pop; porque de haber versioneado un único tema de los de Birmingham simplemente estaríamos hablando de un gesto de simpatía; si hubiesen sido dos, el asunto denotaría algo más que afinidad; pero es que se tiene constancia de que han sido tres las piezas que han llevado a su propio terreno, lo cual sólo puede significar una cosa: estos chavales sienten auténtica pasión por el legado de Iommi y compañía.





Aunque, viendo que también han reinterpretado el 'Mr.Crowley' de Ozzy Osbourne, parece evidente que, más que a Black Sabbath, a quien rinden pleitesía es al vocalista de sus primeros ocho discos.

Thin Lizzy

No sé qué bicho me ha picado, pero en las últimas semanas he comprado tal cantidad de libros que creo haber agotado mi presupuesto anual para lectura. Lo curioso es que hace unos meses me quejaba aquí de la paupérrima situación que se vive en España en materia de libros rockeros, y de repente la situación ha cambiado por completo. Tampoco es que haya habido una avalancha masiva de títulos, no voy a exagerar mi entusiasmo, pero todo parece indicar que hay motivos para mostrarse optimista al respecto y que en el futuro nos aguardan unas cuantas sorpresas. Así, en estos últimos meses han visto la luz las traducciones de dos de las biografías autorizadas más escabrosas jamás escritas (la de Little Richard y la de Mötley Crüe), la reedición ampliada del imprescindible 'Por Favor, Mátame', el que -dicen- es el libro definitivo de AC/DC, y un par de jugosos tomos -redactados por sendos autores nacionales- de dos bandas que, al menos en español, no disponían de antecedentes literarios.

De todos ellos acabaré escribiendo mis impresiones una vez les haya hincado el diente; hoy, para variar, daré cuenta de un libro que ya tiene sus años, pero que no había tenido oportunidad de agenciarme hasta ahora. Su título: 'Thin Lizzy. La Leyenda del Rock Irlandés' (2001).

Escrito por Juan Gómez, las escasas 160 páginas pasan como un suspiro gracias a su estilo ágil y coloquial -como de reunión de colegas-, y a una precisa dosificación de la información, que se reparte en breves capítulos a modo de mini-artículos periodísticos. Conciso y directo, El Sobrino del Diablo (que es como se conoce al autor en algunos círculos) ofrece una visión completa, que no exhaustiva, de la historia y circunstancias que rodearon a las trayectorias de Phil Lynnot y su banda, aderezándolo todo con curiosidades, anécdotas y datos de interés. Un libro, en definitiva, que desprende cariño y sinceridad por cada una de sus páginas, y que no sólo resulta entretenido sino que deja con ganas de más.

Beatallica

Cuando pensaba que mi capacidad de sorpresa estaba agotada, sale este 'All You Need Is Blood' y me descoloca por completo. Por que, a ver, sin contar a Ratzinger, ¿a quién se le ocurriría editar un cd con un único tema interpretado 14 veces en 14 idiomas distintos?

Me suena que hace unos años Blind Guardian hicieron algo similar, con la diferencia que el presupuesto que manejan los teutones les permitió editar un cd-single distinto en cada país, mientras que los recursos con los que cuenta Beatallica sólo les ha alcanzado para publicar una única referencia. Sea por ésta o por otra razón, lo que no deja lugar a dudas es que este 'All You Need Is Blood' encabeza, junto al EP 'Attack of the Killer B's' de Anthrax, la lista de discos de supuesta corta duración (singles, EP, maxis...) más largos de la historia.

Esta disparatada y gobalizadora idea germinó, según cuentan ellos mismos, cuando -casualmente- fans de todo el mundo transcribieron en su lengua materna la letra de 'All You Need Is Blood' y se la remitieron a la banda para que la grabase. Total, que todos en el grupo se apuntaron a los distintos cursos intensivos de fonética que ofrece la Escuela Oficial de Idiomas de su Milwaukee natal para poder registrar -sin miedo al ridículo- en portugés, francés, alemán, húngaro, italiano, danés, polaco, mexicano-español, ruso, sur coreano, etc... y lógicamente en inglés, el que es para mí uno de sus temas más flojos. Y no sólo porque la melodía resulta indigesta (de las más ñoñas que crearan los de Liverpol), sino porque los guiños a Metallica brillan por su ausencia. Y lo que es peor, el invento acaba por atragantarse a la que vas por el séptimo corte (octavo siendo benévolo). Imposible escuchar del tirón.

Rock Porn

Fuck like a Rockstar!

¿Steve Morse en un video triple X? Noooo, aunque te aseguro que eso fue lo primero que me vino a la cabeza al ver la carátula de 'Rock Porn' (y juro que eso fue lo primero que pensé, y no 'madre mía, ¡qué cocos!'). Y es que no me negarás que, de lejos, el actor porno Tommy Gunn (el menda dentro del círculo amarillo) podría pasar por un doble del guitarrista de Deep Purple.

A quien no me sorprende ver es a Dino Cazares. Como sabrás, el ex-guitarrista de Fear Factory y actual líder de Divine Heresy y Asesino, es un pornófilo de cuidado, y no han sido pocas las veces en las que se le ha visto rodeado de starlettes o ha declarado su pasión por 'el otro Hollywood'. Es más, en una entrevista a Metal Hammer aseguraba estar en posesión de una basta colección de videos caseros protagonizados por él mismo -y un amplio elenco de féminas, por supuesto- en situaciones y actitudes un pelín comprometidas. Por si no fuera suficiente, también expresaba su deseo de satisfacer la demanda de sus fans publicando un video compilatorio con lo mejor de sus encuentros sexuales. Afortunadamente, el contenido del material no está en concordancia con la edad media de sus supporters, así que, si no quiere verse envuelto en un caso de corrupción de menores, será mejor que Dino se quede con las manos quietas y no ponga en circulación sus intervenciones extra-musicales. Una pena, porque me gustaría salir de dudas respecto a si su afición por los fist-fuckings anales le lleva a convertirse en el sujeto pasivo/receptor.

En cuanto a 'Rock Porn' -que ni he visto ni tengo ganas de hacerlo-, ni la carátula, ni el trailer, ni siquiera la lista de rockstars partícipes (JB Frank de Kingdom Come, Joey Image de The Misfits, Tony Campos de Static-X, y Pretty Boy Floyd y Enuff Z'Nuff al completo), auguran nada bueno. Y lo peor es que, a pesar de haberse puesto a la venta hace escasamente un mes, se ve un producto rancio y envejecido, muy lejos de lo que ofrecen otras productoras hoy día a nivel estético. Si, además, tenemos en cuenta que los músicos no participan en ninguna escena de acción, que las chicas no resultan demasiado atractivas (no me resisto a un buen par de kazoongas, pero todo tiene un límite, ¡por Dios!), y que los números sexuales son de lo más rutinario, la sensación que despierta 'Rock Porn' no puede ser más desalentadora. A priori un bodrio aburrido, mediocre y falto de garra.

Soulfly

Mucho se habló el año pasado del fraternal reencuentro discográfico entre Max e Igor Cavalera; pero a pesar de que 'Inflikted', el primer -y probablemente único- disco de Cavalera Conspiracy, no estaba mal, en conjunto pecaba de cierta irregularidad. Sin ser tampoco un disco redondo me gustó algo más 'Conquer', sexto trabajo de Soulfly y principal motivo de tenerlos de vuelta en nuestro país, en una tanda de tres conciertos que se inició el pasado sábado en Bilbao y terminará mañana martes en Barcelona.

'Conquer' no presenta excesivas novedades respecto a discos anteriores, salvo inéditas incursiones en el terreno del blues (atención al corte instrumental 'Soulfly VI') y de los sonidos industriales (en 'Unleash', y en la versión de 'The Beautiful People' que incluyen como bonus track en la edición limitada), y el abandono parcial del uso de la percusión y la instrumentación exótica (persisten apuntes aquí y allá, pero nada que ver con lo hecho en el cargante 'Prophecy', un disco más cercano a la world music que al metal). Por otra parte, la habitual mezcla de géneros se mantiene -más como imperativo insalvable que como seña de identidad-, por lo que algunos pasajes parecen metidos con calzador. Es el caso de los fragmentos arábigos insertados en 'Fall of the Sycophants' y 'For Those About to Rot', el de reminiscencias electrónicas en 'Rough' o el reggae al final de 'Doom'; en otros cortes, en cambio, el mestizaje funciona a la perfección, integrándose con el cuerpo del tema de forma natural, como ese interludio ambient en la parte central de 'Unleash'. El balance final es positivo, con temas tan potentes como 'Blood Fire War Hate', 'Unleash', 'Paranoia', 'Rough' y ese diamante en bruto titulado 'Fall Of The Sycophants'.

Sex Machineguns

Hiroshima en tus oídos

Para los incondicionales que sentimos fascinación por Japón y todas las locuras que surgen de allí, las metal bands niponas poseen un encanto que las hace irresistibles. Sus looks estrambóticos, su mezcolanza de géneros, y su absoluta falta de sentido del ridículo las convierten en algo único y realmente especial; tanto que, en ocasiones, todas esas particularidades se vuelven en su contra a la hora de darse a conocer más allá de sus fronteras. Y es que, por su propia idiosincrasia, el Metal japonés es casi tan poco exportable como la Pepsi Cola de pepino o las magdalenas de alubias.

Y en esa tesitura se sitúan Sex Machineguns, un cuarteto de notable éxito en el archipiélago que gustan de llevarlo todo hasta el último extremo. Peinados imposibles, atuendos entre el Shock Rock y el Visual Kei, poses de Power Ranger, y un speed metal que ahora-pisa-a-fondo, ahora-me-da-por-ponerme-melódico. Reconozco que en determinados temas parecen más una broma que otra cosa, pero su reciente disco 'Cameron' me tiene completamente absorbido. Le roban riffs a Slayer y melodías a las series de anime, le dedican una canción al bueno de Jackie Chan, e incluso se atreven a homenajear un clásico de los salones recreativos como es 'Kung Fu Master' en uno de sus clips. Cachondos y demenciales, así son ellos.

Ahora que Leonardo DiCaprio se halla inmerso en la pre-producción del remake (en imagen real) de 'Akira', sería bueno que les tuviese en cuenta al confeccionar la banda sonora. No hay nada que pegue mejor que Sex Machineguns con Tetsuo paseando por Neo Tokyo a lomos de su cybermoto. Banzaiiiii!!!!!

Trapos Sucios

'The Dirt' por fin en español

Desde que hace unos meses César Martín anunciase en las páginas del correo de Popular 1 que estaba a punto de editarse la versión en castellano de 'The Dirt', más de uno (entre los que me incluyo) empezó a contar las horas, impaciente, esperando a que el libro aterrizase en nuestra tienda más cercana. Pues bien, the countdown is about to expire! Gracias a un forero de Riff-fanzine, a primera hora de esta mañana nos hemos enterado que la recién inaugurada editorial Es Pop lo publicará en breve (si no lo ha hecho ya fuera de Barcelona, porque lo que es en la Ciudad Condal, servidor se ha peinado media ciudad esta misma tarde sin encontrarlo). Pero bien, a pesar de la infructuosa búsqueda, la noticia me ha alegrado el día por completo.

Ahora sí, el momento de tener 'Trapos Sucios' (así es como se ha adaptado el título) entre las manos se acerca con pasos de gigante. Mientrastanto, y para saciar/alimentar el hambre, un capítulo de adelanto. Y para comprobar el nivel de cariño que se le ha dedicado al diseño, un enlace en el que se desentrañan unos cuantos entresijos. La cosa promete de verdad.

Killfest Tour 2009

Headbanging, Mosh y Toxic Waltz

Madre del amor hermoso, la que me espera de aquí a tres semanas... ¡Cuadruple cartel de thrash metal! ¡¡Cuadruple!! Amigos promotores, ¿qué os he hecho yo, gordo y viejuno como estoy, para que me maltratéis así? Que ya no tengo 15 años, hombre...

Ahí es nada. Torture Squad, Gama Bomb, Exodus y Overkill. Hacía muchos, muchos años que no me prestaba a tan prolongado desgaste auditivo y cervical (concretamente desde aquella lejana tarde-noche de 1991 en la que 100 Slain, Heathen, Sacred Reich y Sepultura dejaron caer sus bombas H en la Sala Zeleste), pero qué demonios, el plantel de bandas del Killfest bien merece correr el riesgo de acabar la velada con el marcador de energía en rojo.

Y es que, si no me fallan los cálculos, minuto arriba, minuto abajo, la sobreexposición a tan dañina e intensa contaminación acústica durará alrededor de cuatro horas, lo que se traducirá en algo más de tres cientos minutos de pie. ¡Tres cientos! Ni los guerreros de Termópilas soportaron guardias tan laaargas...

Abrirán los brasileños Torture Squad, más cercanos en maneras y espíritu al death metal que al thrash-old-school, quienes, a merced de lo poco que he oído de su reciente 'Hellbound', nos ametrallarán a base de bien con sus frenéticos y entrecortados ritmos de batería. Los irlandeses Gama Bomb, en cambio, nos darán un respiro gracias al desenfado de su propuesta, una recreación fidedigna del sonido clásico de la Bay Area mucho menos exigente técnicamente, pero no menos sólida. Con ellos seguro que cae la primera cerveza de la velada. A continuación, Gary Holt and Company (con la baja de Tom Hunting en los tambores esto cada vez se parece menos a los Exodus de toda la vida) intentarán batir la marca que consiguieron el agosto pasado de cuellos dislocados y tímpanos perforados (ver crónica aquí). Si partimos que vienen a presentar su flamante 'Let There Be Blood' (regrabación del todo innecesaria de su enérgico debut 'Bonded By Blood') es muy posible que logren un nuevo récord.

Y para terminar OverKill, que hace lustros que no graban un disco notable pero que me apuesto el meñique que, de tocar en Las Ventas, saldrían por la puerta grande, a hombros, y con nuestras orejas y rabos en un collar. He dicho. A día de hoy todavía conservo fresco el recuerdo de su concierto junto a Annihilator en la sala Mephisto, y si se mantienen en tan buena forma como atestigua el dvd que acompaña a su último disco, el correcto 'Immortalis', estoy convencido que el suyo será otro de esos recitales a rememorar en horas bajas.

Viernes, 27 Febrero - Bikini (Barcelona)

Sábado, 28 Febrero - Sala Live (Madrid)

Doming, 1 Marzo - Nave 8 (Alicante)

The Stooges

Mucho de mugre y furia

La muerte hace unas semanas de Ron Asheton, además de llegarme con retraso, me pilló en plena lectura de 'The Stooges. Combustión Espontánea. Un Instante de Eternidad y Poder (1965-2007)', jugosa biografía perpetrada por un Jaime Gonzalo que, a la manera del célebre 'Por favor, mátame', articula la historia de la banda partiendo de una completa selección de declaraciones; con la particularidad de que Gonzalo, a diferencia de Legs McNeil y Gillian McCain, no se limita a recopilar las palabras vertidas por los protagonistas y por la variopinta fauna de secundarios que gravitaron alrededor de los de Ann Arbor, sino que interviene en la narración intercalando matizaciones, opiniones personales y puntos de vista. Y es en este particular en que la lectura de 'Combustión Espontánea' puede suponer un escollo a los lectores que, como yo, no estamos habituados a tirar de diccionario cuando nos encaramos a un texto de Rock. No sólo el excesivo academicismo de su prosa contrasta como la noche al día con el tono coloquial empleado por los entrevistados, sino que es pedante y farragoso, cuando no en ocasiones ininteligible.

Sin embargo, y al margen de este tufillo cultureta, las 250 páginas del tomo se leen con regocijo e interés. Más que nada porque la historia de Ostenberg, los Asheton y compañía no es precisamente un cuento de color rosa. Sexo, violencia, droga(s) y pecados capitales fueron la constante tanto durante sus años de esplendor como en los de decadencia, dos etapas que, depende de qué aspecto contemplemos -el artístico y el moral-, confluyeron en el tiempo solapándose mútuamente. Así que, que no te confunda el toque glammy de la purpurina en su portada: 'The Stooges. Combustión Espontánea' tiene más claroscuros que toda la obra de Velazquez junta.

En cuanto al contenido del libro, lo realmente importante os lo dejo a vosotros. Por mi parte no desvelaré más detalles que algunos puramente anecdóticos; como, por ejemplo, que Ron Asheton tuvo una vida paralela dentro del cine, acotando su radio de acción -a diferencia de Iggy- a la serie B más zetosa; que, junto al road manager y posterior bajista Jim Recca, Ron constituyó la facción limpia-de-drogas-duras dentro del seno de la banda, convirtiéndose la pareja en los directos antecedentes de Paul Stanley y Gene Simmons frente a los alocados Peter y Ace (con quien, curiosamente, Ron compartía su afición a vestirse de oficial de la Gestapo); y, por último, que los Stooges cuentan con su propio museo, el Stooge Wax Museum, una mansión victoriana ubicada en el 1520 de Hill Street (Ann Arbor) que atiende además como tienda de souvenirs, sala de proyecciones (puede verse la filmografía completa de Ron) y bar-restaurante.

Si no encuentras 'Combustión espontánea' en las tiendas pídelo aquí.

Y como réquiem, nada mejor que el 'TV Eye' entonado en el Cincinnati Pop Festival de 1970, el cual incluye una de las imágenes más impactantes, contundentes y definitivas del Rock, la de Iggy erguido sobre el público, apuntando a la lejanía con su dedo. ¡Si hasta hay camisetas de Zara que inmortalizan ese momento!