Con la impuntualidad que me caracteriza (han pasado siete días nada menos), hoy toca dedicarles unas palabras a este quinteto sueco que, el domingo de la semana pasada, entre cerveza y cerveza puso patas arriba la barcelonesa sala RockSound. Y sí, ya sé que Ofersan hizo los deberes y escribió al respecto en el blog de Sammy a las pocas horas de celebrarse el evento, pero, qué carajo, en NonStopRnR si nos callamos reventamos. Y aunque nada nuevo añadiré a lo allí dicho (salvo unas cutre-fotos que hice con la cámara de mi chica, a la que, por cierto, todavía no le tengo cogido el tranquillo -y hablo de la cámara, no de mi chica-), me apetece soltar la lengua hablando de cómo entré en contacto con la banda.
Fue gracias a Popular 1, concretamente en el número que cubrió el Serie Z 2002, y la verdad es que tras leer la crónica de su (al parecer) espectacular concierto, en adelante, cada vez que oía hablar de ellos o ponía a girar alguno de sus dos discos, me picaba el gusanillo por saber cómo sería vivir en primera persona la experiencia Backdraft. No ocultaré, sin embargo, que hasta que vio la luz su segunda obra, el fantástico 'Second Coming' (2007), no me hallaba completamente despierto a sus encantos musicales; más que nada porque cuando cayó en mis manos su debut 'Here to Save You All' (2001), no recuerdo si debido a que por entonces andaba enfrascado en otro tipo de sonoridades o vete tú a saber por qué, no me impresionaron lo más mínimo. Recuerdo, eso sí, que no insistí demasiado, y que no excedí de las dos o tres escuchas (algo poco habitual en mí, todo sea dicho, acostumbrado a darle a auténticos bodrios más oportunidades de las que merecen). No obstante, y pese a la relativa decepción, cada vez que su nombre era noticia (su anunciada colaboración con Raging Slab apareció más de una vez en la revista de marras), a mi mente venía la imagen del cantante trepando por las torres de sonido del escenario jerezano. Afortunadamente todo llega, y aunque ha habido que esperar siete años para que volviesen a dejarse caer por nuestras tierras, al fin he podido sacarme esa -no diré molesta, pero sí- permanente espinita que llevaba clavada. Como es lógico, y siendo RockSound el lugar escogido para su bolo en Barcelona, estaba claro que el vocalista -físicamente un cruce entre el barbudo Phil Anselmo y el enclenque Chris Robinson- no nos deleitaría con sus dotes de escalador en tan reducido espacio (bueno, otra vez será); aunque no es menos cierto que a Backdraft tampoco les hace ninguna falta recurrir a numeritos circenses para llamar la atencion de los presentes (lo cual no quiere decir que considere irresistibles este tipo de gimmicks gimnásticos, como la apertura de piernas de Michael Monroe o las volteretas de Steve Tyler). En palabras de mi chica, su 'voz varonil y sexy' es suficiente. Y si a eso le sumamos un trabajo de guitarras realmente soberbio y una puesta en escena dinámica, pues qué más se puede pedir... Backdraft rules, man!
Por cierto, si en el párrafo anterior he mencionado la semejanza del cantante de Backdraft con un par de ilustres músicos, durante su actuación no pude evitar sacarle parecidos (más o menos razonables) al resto de la banda. De esta forma, el rubio guitarrista zurdo tenía una retirada (según el ángulo en que se le mirase) a un enclenque Zakk Wylde, el bajista con pinta de mosquetero parecía a ratos el vivo retrato del difunto Dimebag Darrell, y el baterista (cuando estaba sudado y despeinado) bien podría pasar por el hermano gemelo de Max Cavalera. Al único que no le saqué un clon fue al guitarrista canijo con look sleaze, demasiado estándar. Por lo demás, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, que sin gafas y desde lejos no soy precisamente Ojo de Halcón.
