martes, 15 de enero de 2008

Lobo

Por las tripas del gran Feetal

Hace unas semanas le comentaba a mi colega Víctor que el fondo musical que le va como anillo al dedo a la lectura de las andanzas y correrías de Lobo es algo de buen Heavy Metal. Él, en cambio, defendía que lo ideal es pinchar algún disco de Jesus & Mary Chain. ¿Jesus & Mary Chain? ¿Os imagináis algo así? Yo desde luego que no. Y no tiene nada que ver que la estética del sanguinario czarciano case con el atuendo motero, que su logo metalizado recuerde al de muchas bandas metálicas, que los tatuajes que luce en el rostro sean un claro homenaje al maquillaje de Alice Cooper, o que en algunas viñetas de sus aventuras las paredes de los callejones más infectos de la galaxia aparezcan garabateados con graffitis de Slayer, Suicidal Tendencies o Nuclear Assault... Todo eso poco importa. Lo que define a Lobo como una criatura de Heavy Metal es simplemente una cuestión de actitud. Y Lobo la derrocha en cantidades industriales.

Pero poco importa que mi colega y yo no compartamos el mismo punto de vista musical. Él fue quien me introdujo hace más de diez años en el mundo de este simpático sociópata intergaláctico -cazador de recompensas para más señas-, y sólo por ese gesto merece gratitud eterna. Recuerdo con total claridad que los cómics que me suministró correspondían a los números dibujados por el británico Simon Bisley, el artista que realizara la portada del 'Thrall-demonsweatlive' de Danzig, otro gran aficionado al Séptimo Arte. Lástima que Bisley no se prodigase en exceso y al cabo de unas pocas mini-series fuese sustituido por artistas menos personales.

Si jamás habéis tenido contacto con Lobo -aka El Hombre o The Man (no confundir con César Martín, al que se le conoce con ese mismo apelativo en determinados círculos)-, gracias a la reedición que está llevando a cabo Planeta DeAgostini estáis a tiempo de resarciros de vuestro error. La cuarta entrega ya está en los kioskos y librerías especializadas, y a pesar que el apartado gráfico prescinde de la labor de Bisley, el humor cáustico y vitriólico del guionista Alan Grant compensa esa ausencia, proporcionando gratos momentos de desatada ultraviolencia hipertrófica. Prometen ser 14 tomos repletos de sangre, vísceras y diversión, todo un festín para los amantes del humor grueso más desenfrenado y caricaturesco. El fondo musical, eso sí, corre por tu cuenta.

Por cierto, el disco que me gusta pinchar como banda sonora a la barbarie que desata Lobo en cada página es 'Tattoed Beat Messiah' de Zodiac Mindwarp & The Love Reaction (la frase 'I was Mickey Mouse with a chainsaw' cobra un sentido único mientras contemplo a Lobo descuartizando todo lo que se le pone por delante), algo que los conneiseurs sabrán que está muy, pero que muy lejos del rollo indie de mi colega. Aunque, si en algo estamos de acuerdo indies y rockeros, es con la sentencia que canturreaba Frank Black al frente de los Pixies: '...Here comes the Man...'.