Repite conmigo en voz alta: 'You are listening to the new Edguy album, Rocket Ride'.
Okey, no ha estado mal la pronunciación.
Otra vez. 'You are listening to the new Edguy album, Rocket Ride'.
Le vamos pillando el punto, ¿no?
Una vez más. 'You are listening to the new Edguy album, Rocket Ride'.
¿Que soy un poco cansino? Ejem, te aseguro que podría ser peor. ¿No te lo crees? Repítelo ahora 33 veces más. ¿Contento? Pues imagina que un capullo te suelta al oído la dichosa frasecita unas 40 veces seguidas. Eso irritaría a cualquiera, ¿verdad? Pues hay más. Necesitaré de tu cooperación otra vez, amable lector. Suelta tu imaginación y recrea esta escena: estás en la cama, en el sofá o allí donde sueles escuchar música, con los auriculares calentando tus orejas y un cd dispuesto a perder la virginidad en tu reproductor. Va a ser tu primera escucha y no quieres perder detalle. Con calma, te relajas, pulsas play y te dejas llevar por la música. Todo va como la seda. 1 minuto. 1 minuto y 30 segundos. No suena mal la cosa. 2 minutos. 2 minutos y 15 segundos. '¡Hey! ¿Qué coño es esto? ¿Quien ha dicho eso?' Te quitas los cascos a toda prisa, sobresaltado. Ahí fuera sólo hay silencio. Meneas la cabeza, incrédulo. Vuelves a encasquetarte los auriculares. Haces retroceder la lente unos cuantos segundos. 2 minutos. 2 minutos y 15 segundos. Otra vez. 'You are listening to the new Edguy album, Rocket Ride'. 'Pero ¿qué mierda es ésta?'. 'Lo mismo se les ha colado por error', piensas. Prosigues con la escucha. 3 minutos. 4. Y aquí está de nuevo. 'You are listening...'.
El disco dura 60 minutos. La frase se ha repitido 30 veces. Has aguantado estoicamente hasta el final. A duras penas, pero lo has logrado. Tus nervios están hechos trizas, tu grado de atención bajo mínimos. ¿Tu valoración del disco? '¡A quien le importa! ¡Quitadme este promo de mi vista! No quiero volver a verlo en mi vida'. Abres el lector, introduces el disco en su funda y lo guardas en un cajón.
¿Qué esperaba el personal de la discográfica? ¿Así es como quieren promocionar a sus bandas, distribuyendo copias con mensajes subliminales que lo interrumpen cada dos por tres? Lo siento, pero si el propósito es combatir la piratería, por esa vía no van bien encaminados. Para nada. He escuchado el disco de forma íntegra sólo un par de veces. No he podido con un tercer intento. 'You are listening to the new Edguy album, Rocket Ride', 'you are listening to the new Edguy album, Rocket Ride', ... Así no hay Dios que se concentre, por favor.
Dicho esto, paso a comentar el artefacto. De forma muy subjetiva, claro está, porque lo de este disco y yo se ha convertido en algo que roza el ámbito de lo personal.
Admito que este 'Rocket Ride' ha sido mi primera toma de contacto consciente con los alemanes. En alguna ocasión había oído -que no escuchado- alguno de sus anteriores temas, y la verdad es que, siendo como soy bastante reacio al power metal de corte épico, me parecieron más bien poquita cosa. No los metía en el mismo saco de bandas tan cochambrosas como Gamma Ray, Rhapsody, Hammerfall y 50.000 más, pero no veía destellos de personalidad por ningún lado. Aunque, después de empaparme su nueva entrega, qué queréis que os diga, mi opinión no se ha visto alterada sustancialmente. Se pueden escuchar, sí, al igual que se puede escuchar a Los Caños sabiendo que no te vas morir por ello, pero, buff... sin tener nada que ver con toda esa chusma que he citado, yo prefiero mantenerme al margen de su propuesta. Y con esto no digo que el disco sea malo. Afortunadamente han desterrado la tontería power de su sonido (adiós al jodido doble bombo) y han echado mano de raíces más clásicas, orientándose hacia un heavy rock bastante melódico. La machacona rapidez de antaño ha quedado aparcada -al menos de forma temporal-, introduciendo abundantes medios tiempos y algún que otro tema más acelerado, dando lugar a un disco bastante diversificado. Un repaso al tracklist confirma mis palabras: el primer corte, 'Sacrifice', son 8 minutos que rayan con el progresivo (la melodía de piano me recuerda más de la cuenta al tema de Dream Theater, 'Space-Dye Vest'), 'Rocket Ride' y 'Wasted Time' son auténtico old school -con reminiscencias vocales a Geoff Tate y Bruce Dickinson-, 'Return To The Tribe' los devuelve excepcionalmente a sus orígenes (con un alocado y delirante solo vocal), y excentricidades como 'Trinidad' aportan el toque más desenfadado de un trabajo divertido sin más. Repito: sin más.
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